Veracruz todavía padece los daños causados por ''Karl''

JALAPA, VERACRUZ (19/SEP/2011).- El huracán “Karl”, que impactó hace un año la zona costera central de Veracruz a mediados de septiembre, cambió la vida de miles de personas. No sólo perdieron sus pertenencias, sino su tranquilidad y a 365 días de ese desastre viven en la zozobra cada vez que se anuncia la presencia de un fenómeno similar.

Alejandra Martínez, madre de dos hijos y esposa de un hombre trabajador, rememora cómo se inundó su vivienda hace un año y aseguró que hace una semana, debido a la alerta por la tormenta tropical “Nate”, trasladó todos sus muebles y pertenencias a la planta alta de su casa y alistó una maleta con ropa para una semana.

En esta ocasión nada ocurrió, pero acordó con su esposo que todas sus pertenencias se quedarán en la planta alta de su casa hasta noviembre próximo, cuando prácticamente termina la temporada de huracanes, para evitar la destrucción de sus cosas y alejar del peligro a su familia, porque, consideró, no volverá a pasarles lo mismo que con “Karl”.

Las obras de reconstrucción brillan por su ausencia, los apoyos gubernamentales fluyen a cuentagotas para los miles de veracruzanos afectados.

La falta de recursos estatales para liberar los recursos del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) y el burocratismo han retrasado las obras y la entrega de apoyos a amas de casa.

El gobernador Javier Duarte, recordó que en la etapa de la emergencia se invirtieron más de 174 millones de pesos en todo el Estado y que están en proceso obras de reconstrucción por casi 551 millones de pesos más.

Los municipios de Veracruz, Boca del Río, Cotaxtla, Medellín y Jamapa fueron los más golpeados y los días 17, 18 y 19 de septiembre del año pasado fueron los más duros para los veracruzanos. Las cifras dieron cuenta de la tragedia: más de 40 mil personas desplazadas, 14 muertos y daños materiales superiores a los 50 mil millones de pesos.

Alejandra afirma que los gobiernos estatal y federal prometieron apoyos de 10 mil pesos a cada familia para reponer sus enseres domésticos, “pero a muchos jamás les cumplieron”, cuenta resignada.