Tres puntos al debate

Puede asegurarse  que en materia de combate al crimen organizado, dos deben ser los objetivos principales: 1.- Reducir la violencia asociada a estos hechos; y 2.- Bajar el consumo de drogas.

No obstante, por lo que toca a esto último, las adicciones se han incrementado, al tiempo que ha disminuido la edad en que una persona se inicia en el consumo de drogas. Según datos de la última Encuesta Nacional de Adicciones, entre los años 2006 y 2008 la población de ¡niños menores de nueve años! que se iniciaron en el consumo de drogas se incrementó en 1% para llegar a 6.3%, y en los adolescentes de entre 10 y 14 años el crecimiento fue de 3.5%, llegando a 43 % los jóvenes de esa edad que empiezan a consumir drogas.

En cuanto a la violencia, de 2006 a la fecha se han presentado en el país más de 40 mil muertes asociadas al combate al crimen organizado. En esto, las fuerzas de seguridad del Estado mexicano han pagado su cuota. Según datos de la Secretaría de Seguridad Pública Federal, de diciembre de 2006 a julio de 2010, el número de elementos asesinados por el crimen organizado suma dos mil 076, de los que 44% son municipales.

En este contexto ha surgido la propuesta del llamado “mando único policial”. Se parte del hecho de que 415 de los dos mil 440 municipios carecen de Policía y de que 60% de los más de 165 mil policías municipales ganan menos de cuatro mil pesos mensuales.

Probablemente el mando único se justifique en los municipios que no tienen policías; en los que cuenten con menos de 10 elementos o en los que ganan menos, pero no en los que tienen los más numerosos y mejor pagados. No debe olvidarse que la centralización ha sido la principal aliada de la ineficiencia, burocratización y corrupción.

En todo esto tres cosas no cuadran: 1.- Que los policías municipales estén entregados al narco y al mismo tiempo sean a los que más han asesinado; 2.- Que el orden municipal de Gobierno sea el más penetrado por el narco y que de febrero de 2008 a la fecha 28 alcaldes hayan sido asesinados; y 3.- Que el PRI esté financiado por el narco, cuando de esas autoridades electas caídas, 18 han sido priistas, cuatro del PAN, dos del PRD y uno del PVEM.

No por el hecho de que haya municipios sin fuerzas de seguridad y pobres, deben desaparecer todas las policías municipales. Se debe preservar el principio de que toda autoridad —especialmente las electas— debe contar con los elementos para hacer cumplir sus determinaciones y del fortalecimiento del orden municipal de Gobierno. No hacerlo implicaría afectar seriamente al Pacto Federal.