Viernes, 18 de Octubre 2024
México | Por Vicente Bello

Tren parlamentario

La orfandad del Presupuesto

Por: EL INFORMADOR

Iba el pleno de San Lázaro apenas hacia la medianoche del lunes 15 de noviembre de 2010. Entonces Mario di Costanzo, desde su curul, preguntó a Luis Videgaray, que en la tribuna estaba: “¿A cuánto asciende la partida para el pago a ex braceros en el Presupuesto?”

Retumbaba como el trueno lo que preguntó el petista, porque según ellos mismos —la Cámara de Diputados y la Cámara de Senadores—, en este presupuesto anual que construían tenían por ley que haber destinado cinco mil 300 millones de pesos para pagar, de un solo y último jalón, los 38 mil pesos que deben a cada uno de los 142 mil ex trabajadores migratorios que, para tal efecto, están reconocidos por la Secretaría de gobernación en un padrón.

En abril pasado, el pleno de San Lázaro aprobó una reforma en la que mandataba al Ejecutivo federal pagar todo de una vez a todos aquellos empadronados; el Senado reselló aprobatoriamente la misma modificación en aquel abril, y el Presidente Felipe Calderón publicó la reforma de marras el 10 de septiembre pasado.

Entonces Luis Videgaray, que desde su condición de presidente de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública, se posicionaba ante todos, respondió: “Diputado Di Costanzo, la partida que envió el Ejecutivo fue de 300 millones de pesos (para el pago a ex braceros). La Cámara de Diputados, si es de aprobarse la propuesta que por unanimidad presenta la Comisión de Presupuesto, estaría prácticamente triplicando esta partida, para llegar a 800 millones de pesos”.

Estaban apenas los diputados en una de las muchas aristas que traía el dictamen del decreto del Presupuesto de Egresos para 2011. “Yo les digo”, insistió en la tribuna, minutos después, Di Costanzo. “El decreto de los ex braceros hablaba de cinco mil 300 millones de pesos; no de triplicar la cantidad de 300 millones a 800 millones. Le estamos dando la espalda a la ley. Fue un decreto que aprobamos todos nosotros y ahorita no le queremos dar la suficiencia presupuestaria. Y, en su caso, estamos prefiriendo alimentar el botín político electorero en el que se ha convertido ya la asignación presupuestaria”.

Este presupuesto sin duda se recordará por los muy altos contrastes que adquirió en su debatir.

Toda la semana que precedió a su aprobación, particularmente todo el día del lunes 15, toda la noche y la madrugada y mañana del martes 16, cuando a las nueve de la mañana finalmente pudieron alcanzar su aprobación, el monto formidable del gasto público (tres billones 438 mil 895.5 millones de pesos), el trabajo legislativo fue fuertemente cuestionado por el sector opositor que sin duda se identifica con Andrés Manuel López Obrador: el ubicado en el Partido del Trabajo.

Verbigracia: criticaban los petistas que a Felipe Calderón se le haya aumentado el salario 20%, con lo que ahora ganará 198 mil pesos mensuales, además de una prima re riesgo por 813 mil 427 pesos.

El presidente de la Corte ganará al año cinco millones 989 mil pesos y una prima de riesgo de 688 mil 284 pesos; un ministro de la Corte ganará nada más tres millones 999 mil 413 pesos y una prima de riesgo de 712 mil 488.

“¿Esos son los ahorros que le estamos generando a la sociedad? ¿Esa es la reducción del gasto corriente? ¿Eso es lo que tanto denunciamos durante todo el año aquí, del exorbitante crecimiento del gasto corriente, de las prestaciones y prebendas de los funcionarios?”, reiteraban los petistas en la tribuna.

Gerardo Fernández Noroña preguntaba al pleno: “¿Cómo pueden vanagloriarse de que modificaron uno y 3% del presupuesto. Nos dice aquí el diputado Videgaray que hubo 39 reuniones y más de 20 mil peticiones que eran por 731 mil millones de pesos, y por qué no las atendieron todas si tenemos un presupuesto de tres billones y medio? ¿Qué los detenía para darle educación, salud, vivienda, empleo, mejores condiciones de vida a la gente?”

En los 84 oradores que durante la noche del lunes 15, y la madrugada y mañana del martes 16 ocuparon la tribuna de San Lázaro, no hubo un orador con el alma tan lacerada como Noroña, según el tono vehemente con que se dirigía a la asamblea: “¿Por qué esta Cámara se subordina a ese Gobierno de facto? ¿Por qué permite un aumento de 55% a la Defensa? ¿de 66% a la Marina?”.

Siguió Fernández Noroña restregando fundamentalmente a priistas, panistas y perredistas: “¿Cómo se atreven a poner un capítulo de austeridad cuando Calderón va a ganar 20% más y tiene un seguro de de más de 800 mil pesos anuales por riesgo? ¿Por riesgo de qué? ¿Cuál es su acción que lo pone en riesgo, a aprte de lo que pueda tomar que le haga daño, si todo el tiempo va con el Estado Mayor, con el Ejército, con la Policía Federal, con rejas, con vallas…?”

El PT había hecho el siguiente recuento: Calderón ganará 198 mil pesos mensuales; un secretario de Estado, 196 mil 600; un subsecretario y un oficial mayor, 191 mil 856; un jefe de Unidad, 191 mil 384; un director general, 185 mil; un director general adjunto, 150 mil.

No alcanzaba, evidentemente, para cumplir tres compromisos que habían hecho los diputados: destinar cinco mil 300 millones para pagar a los ex braceros; destinar cuando menos tres mil millones para la creación de una empresa sustituta de la Compañía de Luz y fuerza del Centro, a la que el PRI se había comprometido con los ex trabajadores electricistas.

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