Viernes, 18 de Octubre 2024
México | Por Vicente Bello

Tren parlamentario

Tiempos de la cobranza

Por: EL INFORMADOR

La Cámara de Diputados concluyó el miércoles pasado la parte que le corresponde en el proceso legislativo de la Ley de Ingresos y los Criterios Generales de Política Económica. Y tan luego el Senado haga lo propio con la dupla fiscal, entonces San Lázaro deberá iniciar de manera formal el análisis del decreto de Presupuesto de Egresos de la Federación.

Como ha de recordar, lector, lectora, la revisión, cabildeo y dictamen de los Egresos es una facultad que la Cámara de Diputados tiene en exclusiva desde los tiempos en que el Congreso mexicano fue unicamaral: de 1857 a 1874.

Cuando el Senado volvió a la vida del país (1874), esta facultad de revisar el gasto público se le quedó a la Cámara de Diputados como un asunto que sólo le competía a ella. Y así ha sido desde entonces.

Los diputados, en su trabajo de revisión del proyecto de gasto público propuesto por el Ejecutivo Federal, inauguraron una etapa que hoy no concluye, a partir de la LVII Legislatura, cuando ningún partido político tuvo ya el control de la Cámara al perder el PRI su condición de grupo parlamentario mayoritario (más de 250 diputados, de 500).

Desde entonces, la revisión y autorización del gasto no sale todavía de un río turbulento de negociaciones  que, para desgracia de la Cámara y para el grueso de la población, no siempre suelen ser los beneficios para las mayorías.

Es en este lapso legislativo, en que se airea el Presupuesto de Egresos, cuando la Cámara vive con la mayor intensidad su función de control político. Y cuando es posible comprobar que la Cámara que se conoce como la de la representación popular es también un lugar adonde los poderes fácticos disputan espacios y muchos recursos al Estado mexicano.

En torno de la disputa por los recursos, es común estos días observar cómo los partidos políticos aceleran su juego por la búsqueda y retención del poder presidencial. Ha sido éste un juego sin lugar a dudas perverso y cruel, porque en los jaloneos por el dinero los partidos que tienen representación en San Lázaro suelen olvidar a grandes sectores de ese México endémicamente dolido y sufriente.

En la disputa por los recursos acomodaticios para sus respectivas causas políticas y electorales, los partidos políticos utilizan un amplio y muy granado silo de pretextos, justificaciones y mezquindades, que presentan bajo la égida de la argumentación parlamentaria. Y cuando de plano la argumentación no sirve o es ampliamente superada por el sentido común, se aúpan sobre el cinismo y ganan votando mediante el uso del mayoriteo.

No es nuevo que en la Cámara de Diputados mexicana se enrielen dos posiciones, en torno de los cuales se colocan los partidos con más membrecía y los que poco o nada tienen que ganar o perder.

Las alineaciones no serán distintas de las que se observaron en la conformación de la Ley de Ingresos.

Por un lado, el PRI con el PVEM muy a su lado. El PVEM desde el año 2000 se ha acomodado bajo la panza del priismo, como el pez chico —rémora— lo hace viviendo bajo el pez grande.

Muy cerca de estos dos ahora se verá al Partido Acción Nacional, que deberá cumplir con un compromiso obvio y manifiesto que adquirió con los priistas desde el momento en que éstos aceptaron no bajar el IVA a 15 por ciento.

El compromiso de votar con el PRI la creación de una partida de 55 mil millones de pesos, para la reconstrucción de 12 entidades federativas que, de julio a la fecha, el cambio climático a desmadrado de pe a pa. Y la mayoría de esos 12, obviamente son gobernados por el PRI.

¿Argumento? ¿Justificación? ¿Pretexto? Fue lo de menos. Así lo decidieron y ya. Y nunca priistas y panistas escucharon ni recorrieron el lápiz… así suelen decir los contadores cuando van a revisar estados financieros,  para considerar otras alternativas, como las que planteaban algunos perredistas y, básicamente, los petistas: la alternativa de revisar el Régimen de Consolidación Fiscal o la de someter a una fiscalización rigurosa, trimestral, al gasto corriente del Gobierno federal, o, también otra opción, la de someter a análisis profundo los ingresos petroleros que irán más allá de los 65 dólares por barril de crudo, proyectado en esa misma Ley de Ingresos para fines presupuestarios. Los famosos excedentes.

Como a Gabino Barrera, a priistas y panistas les valió… y ahora, cuando llegue la hora del gasto público, pues el PAN tendrá que pagar el favor, pues a punto está de llegar la hora de la cobranza del PRI.

Y en torno de todo esto se estarán ventilando las cosas en San Lázaro la semana entrante, y en la que se incluirá, por supuesto, el inicio de la pasarela de todo tipo de fauna, que van desde gobernadores, rectores, presidentes municipales, hasta líderes agrarios y ganaderos, y culturales.

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