Tren parlamentario

A Fidel Samaniego, In memoriam

En los territorios de la política, la descripción ha vuelto a hacerse con los filos más agudos y acerados de la palabra.  “Es usted un vulgar y un vil mentiroso”, Mario di Costanzo chocó ayer así con Juan Molinar Horcasitas. Y lo volvía a latiguear así: “¿Pero qué se puede esperar de un asesino como usted?”

Ayer, durante seis horas, Juan Molinar Horcasitas, secretario de Comunicaciones y Transportes, causó la percepción de que intentaría presentarse ante la Comisión Permanente como los toreros, con capote en la mano y confiado en su reconocida capacidad de argumentación. Pero muy lejos estuvo de salir en hombros, porque más bien salió como suelen salir los toros al final de la faena: virtualmente detrás de la rastra.

Comparecía en comisiones para que explicase, esencialmente, dos cosas: la designación de Mony de Swaan Addati el pasado miércoles 30 de julio como comisionado de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel), y, dos, para que hablase sobre los motivos por los cuales  la SCT entregó a Televisa y a Nextel una concesión a un precio 30 veces menor que otras licitaciones similares que, del espectro radioeléctrico, el Gobierno otorgó previa licitación a otras empresas.

Hacía siete días, el miércoles de la semana pasada, Javier Lozano Alarcón –secretario del Trabajo- había sido enfrentado por la oposición con un tono inédito, que ayer con Molinar se repetía.

Y otra vez Mario di Costanzo, el diputado petista egresado del ITAM, sacudía con gran rigor a los hombres del Presidente: “La historia y la justicia ya lo definen como un vulgar asesino”, le dijo a Molinar. “De cargar con esas muertes de estos niños (de la Guardería ABC, de Hermosillo). Luego entonces qué podemos esperar si estamos hablando con un individuo que debería estar tras las rejas en vez de estar compareciendo aquí”.

Pero Di Costanzo no era el único que fustigaba con rigor inédito a un secretario del gabinete presidencial. Estuvo ahí también Agustín Guerrero, del PRD, y otra vez priistas de palabra flamígera como lo han sido el hidalguense David Penchyna y el senador Fernando Castro Trenti.  

“Mire”, le dijo Castro Trenti, “se le paga para que trabaje”. Y le cuestionaba de plano el nombramiento de Mony Swaan. Como también Penchyna le cuestionaba que la SCT insistía en los subejercicios, cuando es el desempleo galopante que más ha sufrido el país en la última década, a la que el priista la llamó “perdida”.

Penchyna restregó a Molinar: “Los subejercicios están a la vista y las demandas del pueblo también. El dichoso Programa Nacional de Infraestructura, sin parangón en la historia, tiene hoy depositados en un fideicomiso en Banobras, sin poderse ejercer, más de 78 mil millones de pesos”.

Muy orondo, con los pies de plomo, había llegado Molinar a la cita con los diputados y senadores. Su confianza acaso estribaba en su capacidad oratoria que demostró en sus tiempos de diputado federal de la LIX Legislatura. Y, más antes, en sus intervenciones de politólogo y académico universitario.  
Muy difícil, evidentemente, le fue enfrentar la oratoria de gran tonelaje que le lanzaron el economista del ITAM Mario di Costanzo, el mismo David Penchyna y Agustín Guerrero.

Acción Nacional (PAN) asomó la nariz con una débil defensa. Mario Rivera Pocoroba, presidente de la Comisión de Hacienda y abogado especialista en derecho fiscal, exigía parar los “agravios y las ofensas”. Pero aquellos regresaban desbaratando la argumentación, sin contemplaciones: “Yo no le ofendo”, respingaba Di Costanzo. “Sólo le transmito lo que piensan de él los padres de los niños que murieron en Hermosillo; y le digo lo que se dice de él en la calle y aquí: que es un vil mentiroso y empleado de Televisa, a la que le regaló espacio sin licitación de por medio”.

Ahí mismo, en las instalaciones del Senado de la República, la bancada del PRI en voz de aquel mismo Fernando González Trenti, había reclamado al Presidente Felipe Calderón su convicción por el maniqueísmo y la manipulación mediática. Y se refería a las conferencias sobre la seguridad pública que ha estado organizando desde la semana pasada, y que ayer se han comenzado a transmitir por el Canal Once del Instituto Politécnico Nacional.  

En San Lázaro, otro legislador prominente del PRI, el coahuilense Rubén Moreira Valdez, había posicionádose de manera parecida, cuando declaró que el diálogo al que había convocado Calderón en realidad no existía, porque lo que él ha estado realizando ante las cámaras de televisión no son más que un monólogo, de donde no ha surgido todavía ningún elemento que indique que él esté cambiando su postura.

El martes 10 de agosto, el Gobierno federal volvía a conseguir con facilidad la apertura de más frentes en los territorios de la política. Y sin embargo, no parecía el régimen preocupado por el enfrentamiento con el PRI, el partido con el que tendrá que negociar a como dé lugar el paquete fiscal, cuya cercanía todos olisquean ya en el Poder Legislativo.

Fidel Samaniego

El periodista Fidel Samaniego –muerto de in infarto el pasado viernes- será objeto de un reconocimiento a su trayectoria, en la Casona de Xicoténcatl, este jueves a las cuatro de la tarde.

Samaniego fue reportero de “El Universal” casi toda su vida profesional, aunque incursionó unos años en el periódico “La Crónica”. Los reporteros que cubren el Senado de la República y la Cámara de Diputados lamentan profundamente la muerte de un gran compañero del oficio, caracterizado siempre por su obsesión por el bien escribir. Descansa en paz, Fidel.