Tren parlamentario

El 8 de septiembre se constituyó como el día en que el Ejecutivo Federal debe entregar al Congreso de la Unión su propuesta de paquete fiscal para el siguiente año. Pero desde finales de julio hay quienes suponen sería bueno madrugar, y suelen hacer declaraciones con el inobjetable propósito de meter ruido para sus respectivas causas.
 
Esta semana, verbigracia, el secretario de Salud echó una suerte de buscapié a los diputados y senadores cuando opinó que el tabaco debería ser objeto de un alza que el fisco pueda capitalizar, a manera de impuesto. Y se fue largo: cuando menos, dijo, un incremento de 50 por ciento.

Otro flanco por donde el Gobierno federal atacará pronto, quizá esta semana última de julio o a partir de agosto, consistirá en insistir que debe el Congreso crear un nuevo impuesto o hacer más grande alguno de los que ya están, como el IVA, para poder enfrentar el cambio climático.

Tiene su jiribilla que estos días, el gabinete presidencial y su titular, Felipe Calderón, hayan hablado del cambio climático, como un asunto a enfrentar el próximo año.  

El Gobierno de Calderón, evidentemente, ha pretendido madrugar a los legisladores, en su batalla por los ingresos y los egresos del próximo año. Pero, desde las filas del PRI, PT y PC, varios legisladores han advertido a los mensajeros que ha comenzado a enviarles la Secretaría de Hacienda y Crédito Público que  no se sentarán a discutir con ellos las leyes de los ingresos si antes Hacienda no aclara el presupuesto de gastos fiscales.

De hecho, es la condición que PRI y PT se han planteado presentar a la Secretaría de Hacienda para discutir los ingresos: antes, deberán entregar datos fiscales y explicaciones sobre el Régimen de Consolidación Fiscal y sus aplicaciones en lo que va del 2010.  Recuérdese que Hacienda, en la práctica, hizo caso omiso de las reformas que hizo el Congreso en noviembre de 2009 –para su ejercicio en 2010- sobre el Régimen de Consolidación.  

Desde ahora, la Cámara de Diputados  se plantea los términos en que se dará la discusión de los dos presupuestos, el de ingresos y el de los egresos. Legisladores muy metidos en el tema fiscal han advertido que el presupuesto que de próxima discusión será muy inercial y, de plano, bastante parecido al de 2010.  

A partir de agosto, declaraciones de la oposición arreciarán en el sentido de que el Gobierno de Felipe Calderón deberá someterse a una mayor reducción del gasto corriente. Y, por supuesto, a mayores controles de su ejercicio. Esto, en alusión al incremento de las irregularidades que, en el ejercicio de los recursos públicos, ha estado detectando cada año la Auditoría Superior de la Federación.

Los regímenes panistas, ya se ha visto y comprobado, superaron a los priistas en actos de corrupción.

Un asunto que muy probablemente el Gobierno federal utilizará aun desde agosto, para calentar en  su favor la discusión por los presupuestos, será el de los desastres naturales. Esto con el fin de presionar para que ya sea un nuevo impuesto o para incrementar alguno de los existentes.  

En esta lógica encaja perfectamente bien la aparición que hizo la semana pasada José Guadalupe Acosta Naranjo, diputado federal del PRD,  cuando dijo que su partido estaría presentando próximamente la propuesta de bajar el IVA a 15%, pero generalizándolo, creando la excepción sólo en productos previamente encasillados como de la canasta básica.

El argumento con que presionó el Gobierno a la oposición en 2009 –-durante la discusión de los presupuestos de 2010-- consistió en asegurar que la crisis económica se profundizaría si no se planteaban en las leyes de los ingresos taponar un “hoyo fiscal por casi 500 mil millones de pesos”.  

Fue tan eficaz el argumento que  el IVA se incrementó de 15% a 16%, el Impuesto a los Depósito en Efectivo se movió de 2% a 3% y a partir de depósito mínimos de 25 mil a 15 mil pesos.  En los impuestos agrupados bajo las siglas conocidas como IEPS, hubo también  incrementos que le partieron la chapa a más de una industria.  Y el impuesto aquel conocido como IETU se apuntaló en el porcentaje de los 18.5.  

Los impuestos, ahora se ha podido constatar, provocaron un desastre en amplios sectores industriales y económicos del país. Contribuyeron ampliando los márgenes de desempleo existentes ya en el país. Y más gente ha intentado irse a trabajar a los Estados Unidos.  

Esta semana que recién pasó, el Gobierno federal en su estrategia para presionar a los legisladores en las leyes de los ingresos, también ha dicho que Pemex requiere de unos 440 mil millones de pesos más para su operatividad.  Y también, han comenzado a presionar diciendo que el IMSS y el ISSSTE están quebrándose.  

Ya no será el argumento del hoyo financiero aquel de los casi 500mil millones de pesos lo que moverá el Gobierno entre los legisladores, pero bien puede esperarse que un a cantidad similar quieran ahora presionar para tener más recursos bajo su discrecionalidad. Recursos para Pemex, para IMSS e ISSSTE, para el campo y salud, clima y educación. Y para los estados.  

A ver qué tanto se dejan los diputados y senadores. Y otra vez el PRI se perfila para convertirse en fiel de la balanza, aunque con un elemento distinto a otros años: el Gobierno federal al parecer contará para su causa a los diputados del PRD que están subordinados a la Corriente Nueva Izquierda, que controlan Jesús Ortega, Jesús Zambrano, Carlos Navarrete y Guadalupe Acosta Naranjo.

Tren Parlamentario reaparecerá en este espacio el martes 3 de agosto. Gracias.