Sábado, 19 de Octubre 2024
México | Por Vicente Bello

Tren Parlamentario

Diademas de fuego

Por: EL INFORMADOR

Se pespunteaban como toros en el potrero y ceñían sobre sus cabezas diademas de fuego. Los poderes Ejecutivo y Legislativo arreciaron, de punta a punta esta semana, una confrontación en dos vertientes, una de ellas de corto plazo y la otra de mediano: la de los presupuestos para 2011 y la de la pugna adelantadísima por 2012.

El Gobierno federal y su partido, Acción Nacional, han dado un buen palo en el espinazo a la Cámara de Diputados: desde las filas del panismo se ha filtrado a un medio de información que los diputados tienen planes de autorizarse en el gasto público una partida de más de 600 millones de pesos para, fundamentalmente, comprarse coches nuevos, comprarse todos un aparato de comunicación conocido como iPad, y, también, para cambiar el sistema electrónico de votación.

La filtración, cierta o no, ha servido para presentar ante la gente a unos diputados totalmente desprovistos de congruencia y de vergüenza, porque todos los días han hablado de que en el Presupuesto de Egresos, el Ejecutivo Federal incrementó el gasto corriente (mucho de éste, derivado en salarios altos para la burocracia de directores para arriba, y para compra de vehículos y pago de personal de confianza). Y ahora, pues ellos pretenderían hacer lo mismo.

Ha sido una semana difícil para el Ejecutivo Federal, concretamente para el Presidente Felipe Calderón, que ni en la clausura de su Foro Diálogos por la Seguridad le fue como querría. No se apersonaron los líderes parlamentarios del PRI en el Senado y San Lázaro, como tampoco el de los diputados perredistas, y los del PT, lo que ha hecho ver al ocupante de Los Pinos como un hombre solitario y desprovisto del más mínima capacidad de convocatoria que todo Jefe del Estado debería demostrar si no todos los días cuando menos una vez cada tres años.

Este viernes, diputados del PRI como Sebastián Lerdo de Tejada han reclamado al Presidente su triste condición de terco, que no escucha sino que a toda costa trata de imponer y quedar lo mejor parado con ayuda mediática; eso es, con ayuda de la televisión.
“Lo que resulta paradójico”, decía el priísta en conferencia, “es que a un poder legítimamente constituido como es el Poder Legislativo de la Unión, se le convoque a un diálogo frente a las Cámaras para discutir, pareciera más mediáticamente que de fondo los temas de seguridad.

María Esther Scherman, la diputada jalisciense del PRI, ya declaraba a media tarde que un aspecto que el Congreso debe retomar con rigor y energía es el de la rendición de cuentas. Y planteaba la necesidad de reformas que lleven a la Auditoría Superior de la Federación a poder revisar cuentas públicas en tiempo presente, y no sólo a toro pasado.

Y ejemplificaba que los ejercicios de hoy, estarán siendo objeto de revisión y análisis por parte de la Auditoría Superior no hasta 2012, y en 2013 estarían dándose a conocer sus resultados públicamente.

El PRI ha manifestado una posición de fuerza estos días. Pero su historia de negociador contumaz, con beneficios no siempre de cara a la sociedad, hace que el resto de la oposición lo vean bajo el filo de la sospecha.

“Yo, como Santo Tomás”, decía anoche el diputado petista Mario di Costanzo, “hasta no ver no creer”.

Anoche, se expresaba en el pasillerío de San Lázaro la sospecha de que el PRI ha apretado tuercas estos días al Ejecutivo Federal con el propósito de “encarecer”, para su causa, la negociación que el Ejecutivo busca en torno de los presupuestos fiscales.

Verbigracia: En las filas del PT, se ha esperado con gran atención que el PRI cumpla realmente su compromiso de no aliarse a la mera hora con el PAN para aumentar algún impuesto o crear alguno otro.

Estos días de víspera (el 8 de septiembre deberá llegar a San Lázaro la propuesta presidencial del paquete fiscal) han sido muy similares a los días de víspera del 8 de septiembre de 2009, porque entonces el PRI juraba que no aumentaría impuestos ni crearía otros, como desde entonces había anunciado el Ejecutivo que ocurriría.

Con excepciones como la misma María Esther Scherman, una de las diputadas del PRI que han probado ser mujeres de gran congruencia entre lo que dicen y lo que hacen,  la mayoría del priísmo votó en favor de lo que en declaraciones decían en contrario, hace 12 meses.

En los escarceos declarativos de estos días, oficialistas y opositores han versado en torno de los recursos para la seguridad pública, acaso uno de los aspectos que más controversia ocasionarán en los días de dictamen del presupuesto de egresos, allá por mediados de noviembre.

Mientras Calderón y sus alfiles exigen que se aumente la partida de recursos para seguridad, que en 2010 ha sido de poco más de 40 mil millones de pesos, los opositores —particularmente del PRI— han advertido al Presidente que no será esta vez como el año pasado, cuando se le aprobó confiando en que los ejercería como según se decían eran las necesidades.

Ahora se sabe que hay subejercicios no sólo en el campo y en carreteras, sino también en ese rubro tan candente como es el de la seguridad pública. Pero también, han acusado toda esta semana los priístas, ha sido un rubro en el cual hace falta una gran rendición de cuentas, porque a pesar de que se dedicaron más de 40 mil millones de pesos para enfrentar a la delincuencia, es evidente que los resultados no se ven.

La semana próxima, prácticamente en el umbral del periodo ordinario de sesiones, los diputados y senadores se internarán además, a través de un camino azaroso, de pugna interna, por la elección de quien será, en el caso de San Lázaro, el próximo presidente de la mesa directiva.

El PRD, con la ley orgánica en la mano, interpreta que les corresponde a ellos. Pero el PRI y el PAN derraman mala leche en este caso y corre por el pasillerío la versión de que se repartirán el segundo año de la LXI Legislatura en la presidencia de la mesa.  No pasarán muchos días para saberlo, y contarlo.

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