Tren Parlamentario

Con un presupuesto programado de 10 millones de pesos, este 20 de abril de 2010 fue cristalizado en San Lázaro el proyecto de la Agencia Espacial Mexicana. En un país de raíces prehispánicas donde estuvo latente el contacto con el espacio exterior —ya decía el diputado federal perredista Rodolfo Lara Lagunas—, ha sido difícil entender por qué no volvía a ocurrir.  

San Lázaro desde temprano se había transfigurado en un suelo del que barbotaban múltiples hervores. Comisiones especiales sesionando por doquier; la comparecencia al anochecer del director de la Cofetel, y la asamblea ordinaria que se vestía de luces con la aprobación casi por unanimidad de la Ley que crea la Agencia Espacial de marras.  

Lara Lagunas hubo dicho también: “Quizá también a veces nos sentíamos un poco decepcionados de que en nuestro país se diera esta situación, porque todos los que estamos aquí presentes sabemos que nuestros antepasados de la época prehispánica: mayas, toltecas, teotihuacanos, mixtecos, zapotecas, fueron culturas en donde el desarrollo científico siempre puso a nuestros sabios indígenas en contacto con el espacio”.  

Y apostillaba: “Sabemos que el calendario maya goza de prestigio, e incluso se ha dicho que es más exacto que el gregoriano”.  

Muy rara vez ha salido un dictamen de la Comisión de Ciencia y Tecnología. Ciencia y Tecnología ha sido un sector constreñido por el modelo económico y financiero del país, y sus reclamos y propuestas no han ido, durante años, más allá de la exigencia de que el Gobierno invierta no el .03% del Producto Interno Bruto en el sector por antonomasia investigador, sino el 3%, o más.  

Pues ayer, esta comisión que ahora, en la LXI, preside el ex secretario de Educación Pública en el Gobierno de Vicente Fox, Reyez Tamez, metido ahora a diputado federal por el partido de Elba Esther, Nueva Alianza, se puso un dínamo en los riñones y ha podido sacar finalmente un dictamen cuyo proceso legislativo comenzó en 2005.  

Reyez Tamez vaticinaba: “Me estoy refiriendo no solamente a la generación de conocimiento de frontera, sino también a la formación de capital humano en todos los niveles, desde niveles técnicos, técnicos especializados, hasta investigadores en las diferentes áreas que conforman el tema de lo espacial, sino también a la generación de empleos y la generación de industrias y fortalecimiento de industrias que ya operan en nuestro país, relacionadas con el tema aeroespacial”.  

Y reiteraba el ex titular de la SEP: “La inversión en ciencia y tecnología es fundamental para el crecimiento y la consolidación de los países. En México es un tema donde estamos muy rezagados. Mientras Estados Unidos invierte 900 dólares por habitantes en ciencia y tecnología, en nuestro país solamente estamos invirtiendo 14 dólares por habitante. Pero además hay áreas especialmente descuidadas, como es el tema de la investigación y el desarrollo en el área aeroespacial”.  

El priista Omar Fayad (Hidalgo) reforzó: “Si bien es cierto que hoy no se cuenta con la disposición presupuestal que hubiéramos querido porque los recursos no alcanzan para todo, pero esto no debe provocar ceguera y dar pauta para que no pueda crecer y desarrollarse esta agencia espacial desde sus albores en los capítulos presupuestales, en las disposiciones jurídicas y legales, y que juntos podamos construir una alternativa que seguramente llegará a ser una realidad”.  

Y su apostille también: “Hoy esta agencia está considerada como un organismo público descentralizado, sectorizado en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes. Sus fines: la investigación científica y tecnológica en esta materia, que además tendrá la posibilidad de generar cientos y hasta miles de empleos”.  

Por el PAN habló Alejandro Bahena Flores, quien decía: “La agencia estará encargada de promover, proponer y ejecutar la política espacial de México, a fin de impulsar estudios e investigaciones científicas y tecnológicas asociadas a la materia espacial, así como de promover la formación de especialistas en la materia”.  

Y su apunte: “Traerá consigo beneficios para el país en sectores como el de la educación, la industria, medio ambiente y en el desarrollo económico y en general se desarrollará la ciencia, la innovación y la tecnología. Y su patrimonio se va a integrar con los ingresos autogenerados por servicios, aportaciones, donaciones o por cualquier otro concepto proveniente de sus propias actividades o instituciones y/u organismos públicos o privados nacionales o extranjeros”.  

El PRI se posicionó también en voz de José Luis Velasco Lino: “Soñar no cuesta nada”, decía. “sin embargo, muchos países han soñado con tener logros grandes y ha sido gracias a este énfasis de las instituciones educativas, de los gobiernos, de la industria privada, las que han logrado realizar esos grandes sueños”.  

Fue él quien aludió a Chihuahua, como el Estado donde está la industria maquiladora aeroespacial; aunque también ya se asentaron en Querétaro, en Hidalgo, y, próximamente, en la península de Yucatán.  Hubo, sin embargo, un orador que criticaba. Mario di Costanzo, del PT, dijo: “Cómo es posible”, dijo, “que se esté hablando de este tipo de temas cuando el país tiene enormes rezagos en infraestructura social, productiva”. Y lanzaba su apostille: “Para mí, la única razón es que medio gabinete o la totalidad vive en la luna y necesitan una agencia para comunicase con los ciudadanos de a pie, que diario tienen que ocuparse en qué comer”.  

En el pasillerío, un ciudadano de a pie decía: “Ya era hora de que México comience a mirarse a su propio ombligo”…  

La ley, aprobada, fue remitida al Ejecutivo federal, para su publicación en el Diario Oficial de la Federación. Lo que seguirá: encontrar el sitio de su instalación. Ya se apuntaron Campeche, Yucatán e Hidalgo.