Tren Parlamentario

Ese juego de pesos y contrapesos que ayer todavía jugaban el gobierno de Felipe Calderón y el Partido Revolucionario Institucional, seguía este viernes insuflado por la creciente posibilidad de las alianzas aquellas, sobre las cuales negocian PAN y PRD con el propósito expreso de sacar al tricolor de los gobiernos de Oaxaca, Durango, Hidalgo y Puebla.

Desde Boca del Río, Veracruz, el presidente del PRD Jesús Ortega picoteó la cresta a los priistas así: “Las alianzas no son un asunto de amores, sino de planes y estrategias que ayuden a lograr determinados objetivos”.

Y esos “determinados objetivos”, precisaba el perredista, no son otros que “acabar con el caciquismo que hay en ciertos lugares por más de 80 años”. Caciquismos, asegundaba Jesús Ortega, que hoy persisten en los estados de Puebla, Oaxaca, Hidalgo y Durango.

Ayer mismo, César Nava, presidente del PAN, se expresaba así a propósito de las alianzas, que el PRI nomás no traga ni con aceite: “Nos hemos limitado a estas cuatro entidades y conforme los calendarios de cada estado iremos dando avances y tomando decisiones”.

A los dos este mismo viernes, Beatriz Paredes Rangel, presidenta del PRI, los centró y les dijo: “Las alianzas coyunturales son vergonzosas, cuando hace apenas tres años se negaban unos a otros, poniendo en riesgo la estabilidad política de México”. Y a Ortega y a Nava les volvía a restregar: “Hoy se coquetean y buscan, olvidando ideologías y principios, demostrando que el electorado mexicano les merece poco respeto”.

Influían los tres presidentes nacionales de partido sobre la vida del Congreso. Marcaban la línea declarativa de sus respectivos diputados y senadores. En torno de ese posicionamiento insistido por Beatriz, los senadores remachaban también sus declaraciones.

El PRI, cuya voz es la cantante en la LXI Legislatura, respingaba condicionando el sentido de prioridades legislativas. No están en contra de la reforma política, solían decir diputados y senadores, pero las prioridades para el PRI serán otras, decían.

Verbigracia: Francisco Rojas Gutiérrez, el pastor de los diputados priistas, declaró a propósito de lo que, en Davos, había dicho el secretario de Hacienda mexicano, en el sentido de que la reforma política acarrearía mayores beneficios para el país que la fiscal misma.

Rojas dijo: “Me desconcierta mucho la posición expresada por el secretario de Hacienda, no solamente en Davos, sino la que expresó en Nueva York la semana pasada, en donde afirma que la prioridad del gobierno es la reforma política y no la reforma económica, porque dice que ha sido suficiente para la economía las modificaciones fiscales que se hicieron en la Ley de Ingresos para 2010”.

Y apostillaba el priista: “Suponiendo que se va a contar con una plataforma de producción de dos millones y medio de barriles de petróleo (diarios), volvemos a cifras las esperanzas financieras y económicas del país en la producción de petróleo crudo”.

Ernesto Cordero, en Davos, acaba de decir que la reforma política incluso tendrá más impacto que la económica porque generará empleo y bienestar para los mexicanos. Y Francisco Rojas lo volvió a centrar: “La verdad, a mí me desconcierta y seguramente él nos podrá explicar de qué manera la reforma política va a tener un mayor impacto que la reforma económica, en términos de generación de empleo y bienestar para los mexicanos”.

Beltrones, en Xicoténcatl, había hecho declaraciones semejantes. Los priistas no han descalificado la importancia de la reforma política, pero han seguido restregando al PAN y al régimen de Calderón que las prioridades del Presidente no son las del PRI. Y el PRI, con sus 237 diputados, prácticamente será quien dicte los alcances del periodo ordinario que iniciará el lunes.

Notorio fue cómo las bancadas del Revolucionario Institucional de San Lázaro y Xicoténcatl se acercaban tanto entre sí que emitían un documento en el que aseguraban que impulsarán al unísono una agenda legislativa muy comprometida con leyes de corte eminentemente sociales y económicas.