Tren Parlamentario

El Partido Revolucionario Institucional seguía, un día después, acometido por las urgencias. Sí, las urgencias de deslindarse de un incremento de las gasolinas que si bien el Ejecutivo ha madrugado en tres ocasiones, en diciembre, sí los priistas aprobaron el alza paulatina de éstas, mensual, a partir de enero. En conclusión: es un PRI hipócrita, perverso, calculador de los tiempos político-electorales, así lo han tildado ayer petistas y perredistas.

Jesús Zambrano, del PRD, saeteó así los lomos de la cúpula priísta: “El PRI negocia primero en lo oscurito con Felipe Calderón y con el PAN; acuerda medidas económicas contra la población, y en público grita ‘¡al ladrón!, ¡al ladrón!’ La reacción del PRI, que reclama el incremento en los precios, responde a un claro cálculo político-electorero, que busca lavarse la cara frente a la población”.

Y éste mismo apostillaba: “Las declaraciones de Manlio Fabio Beltrones y de Beatriz Paredes Rangel tienen el propósito, ante la población, de aparecer como que ellos no son corresponsables de las decisiones que está tomando el Ejecutivo Federal que atentan contra la economía de la mayoría de los mexicanos”.

Todavía más. Zambrano decía que sin la alianza que el PAN logró con el PRI, en el periodo de sesiones pasado en las dos cámaras del Congreso General, los mexicanos no estarían enfrentando “una de las cuestas de enero más difíciles de las que se tenga memoria”.
Y les restregaba, una y otra vez: “El PRI quiere engañar a la gente y busca que olvide que junto con el PAN fueron ellos quienes acordaron aumentar de 15 a 16% el IVA; de 28 a 30% el ISR; incrementar el Impuesto a los Depósitos en Efectivo, y condonar miles de millones de pesos a los grandes empresarios de este país”.

El PRI seguía sin mirar ni escuchar hacia la izquierda. Por segundo día consecutivo intentaba subirse al estribo de un debate sólo con Acción Nacional.

Josefina Vázquez Mota, en la víspera, había salido al paso de Beltrones –que a su vez había dicho que  no se puede ir muy lejos, en materia de reforma política, con un régimen que no cumple su palabra, en referencia al triple incremento decembrino de las gasolinas, a pesar de prometer lo contrario-, reclamándole sus quejas cuando fueron ellos quienes los aprobaron desde el año 2007.

--La intención del PAN es distribuir culpas y no se trata de eso”, defendió su causa el diputado federal priista Jorge Carlos Ramírez Marín. “Lo que debe hacer el Ejecutivo, que es del mismo partido que el de la coordinadora del PAN, es dar explicaciones”.

Y remachaba Ramírez Marín: “No importa si estuvo aprobado desde 2007; no nos competiría a nosotros, la actual Legislatura. Pero no se trata de hacer arqueología legislativa y ver qué estaba aprobado y no”.

Entonces fue cuando el vicecoordinador priista admitió que en la Ley de Ingresos aprobada en octubre pasado está autorizado –por los priistas, con sus votos excepcionales en contra, como los de los coahuilenses- el incremento de gasolinas durante 2010.

Cuatro preguntas mencionó Ramírez Marín, a propósito de la cita urgente que este jueves sostendrán con los legisladores el secretario de Hacienda y Crédito Público y el director general de Petróleos Mexicanos.  

“Lo que queremos saber los legisladores es por qué tenía (el Gobierno federal) que hacer los aumentos ahora; por qué en estas cantidades; por qué antes que termine el año; por qué con los precios de petróleo al ritmo en que están subiendo. Chequen ustedes –se dirigía a los reporteros- cómo terminó ayer el valor de la mezcla mexicana”.

El diferencial entre los 59 dólares –el precio del barril de crudo mexicano establecido por los diputados en octubre, para los efectos presupuestarios--  y los más de 70 en que ayer, en el mercado internacional, el petróleo nuestro se estacionaba,  ha escocido el hígado no sólo a los priístas; también a perredistas y petistas.

El senador Beltrones había dicho el martes que 130 mil millones de pesos ya tiene Hacienda, bajo el rubro de excedentes petroleros; Ricardo Monreal, petista, hacía mención de una cantidad similar, como igual este miércoles la refirió el vicepresidente de la Mesa de la Comisión Permanente, Arturo Zamora Jiménez.

Una pregunta más con la que hoy esperarán al titular de Hacienda, los petistas. Mario di Costanzo anunció que preguntará por qué ocultan el costo real de la producción en México del litro de gasolina, y del costo y gastos de la que se importa. Y aventuraba Mario los datos siguientes: cuesta en México 2.11 pesos producir un litro de gasolina, y 6.40 –también pesos mexicanos- un litro de gasolina comprada fuera del país.  

Será una pregunta clave, con respuesta fundamental para el debate, si el nuevo titular de Hacienda se atreviera a dar precisión a los datos aquellos.

Di Costanzo ampliaba: “Según la Agencia de Información de Energía en Estados Unidos, México importa 42 por ciento de la gasolina que consume; el 58 la produce. En el caso de la gasolina magna, cuyo precio al público es 7.88 pesos por litro, sus costos de producción son: 4.69 pesos corresponden al costo del crudo (materia prima), 89 centavos al costo de refinación, 92 centavos al costo de distribución y comercialización, y 1.36 pesos a impuestos.

Los datos precisos los tiene la Secretaría de Hacienda y Petróleos Mexicanos. Si quisiera el PRI, con la fuerza descomunal que ahora tiene en el Congreso, el Gobierno federal la tendría que despepitar.  Pero nada de ello han dicho los príístas, como tampoco Francisco Rojas Gutiérrez, quien al parecer ayer seguía de vacaciones.