Todo con Lujambio

El secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio, es la nueva estrella de Los Pinos. Si se trata de hablar de la Reforma Política, el que sale a dar entrevistas es Lujambio. Si lo que se quiere es explicar es el programa federal contra la violencia en Ciudad Juárez, el vocero es Lujambio. Si se van a presentar las conmemoraciones del Bicentenario de la Independencia, la cara para difundirlas es la de Lujambio. Y claro, si brinca algún tema educativo, también.

La falta de un precandidato panista con posición competitiva en las encuestas de la sucesión presidencial ha sido tema de preocupación en la oficina del Primer Mandatario, desde la derrota que sufrieron en la elección intermedia de 2009. Fue en las semanas posteriores a esa contienda que alinearon sus fuerzas para posicionar a Ernesto Cordero, entonces secretario de Desarrollo Social.

En el segundo semestre del año pasado, la estrategia con Cordero fue similar a la que hoy se detecta con Lujambio: salía a hablar de todo y con todos. Pero esta estrategia se vio interrumpida cuando Cordero entró a la Secretaría de Hacienda, al grado que, desesperados, en diciembre de 2009 los allegados a Cordero dentro del equipo del Presidente Calderón alentaban a su “gallo” diciendo que sus aspiraciones presidenciales no estaban muertas, sino que por el contrario se convertiría en el símbolo de la recuperación económica pronosticada para 2010 y 2011 más que en el cobrador nacional de impuestos.

Hoy Cordero ha sido abandonado a su suerte. Si quiere mantener sus aspiraciones tendrá que hacerlo con sus propios medios, porque por ahora no le favorece el aparato de Los Pinos: el aparato está con Lujambio.

Lujambio fue el diseñador líder, en el despacho del Presidente Calderón, de la iniciativa de reforma política apenas enviada al Congreso. Ahí capitalizó su experiencia como consejero del IFE, profesor de Ciencia Política e impulsor por largos años de estos temas (algunos académicos le llaman “Reforma Lujambio”, porque él viene proponiendo la reelección para México desde hace más de una década). Qué mejor oportunidad para un posible contendiente, que incidir en las reglas con las que quisiera jugar el partido de su vida.

Ocupado en ese objetivo, preocupado por sumar apoyos de cara a 2012, Alonso Lujambio ha abandonado su mandato educativo al libre albedrío de Elba Esther Gordillo, la presidenta vitalicia del sindicato de maestros, nombrado subsecretarios a sus operadores políticos panistas y borrado del mapa lo poco que se había avanzado para contener el poder de “La Maestra” en este sexenio.

Y claro, evaluado galán con gel y copete, da esperanzas de alcanzar al puntero.

Saciamorbos

Lista para volver a la escena política tras los embates personales, le queda año y medio para decidirse, porque hasta ahora y con los caballos que despuntan tiene amarres con el tricolor, intereses con el azul y el corazón añejo con el amarillo.