Viernes, 22 de Noviembre 2024
México | SERPIENTES Y ESCALERAS POR SALVADOR GARCÍA SOTO

Titanes, la otra guerra

Sería bueno que alguien le dijera al Presidente que hay otras guerras, además de la del narco y la electoral en las que se mantiene absorto, que requieren y ameritan su urgente presencia

Por: EL INFORMADOR

Salvador García Soto.  /

Salvador García Soto. /

La guerra política y comercial entre los gigantes de las telecomunicaciones en México está subiendo de intensidad, sin que la autoridad muestre intenciones de arbitrar un conflicto en el que hay acusaciones de prácticas monopólicas y denuncias de falta de competencia que requieren obligadamente la actuación del Estado.

Un ausente y cuestionado secretario de Comunicaciones, y un inepto e incondicional comisionado de la Cofetel, han sido hasta ahora mudos testigos de un encontronazo anunciado entre los empresarios que dominan el mercado de las comunicaciones. No pasa un día sin que los mexicanos, televidentes o usuarios cautivos de los combatientes de esta guerra, asistan azorados a los tiroteos verbales de una y otra parte.

“El monopolio Telmex-Telcel obstaculiza la competencia y encarece el servicio de telefonía a los mexicanos con sus altas tarifas de interconexión”, disparan del lado de las compañías telefónicas y televisivas que acusan a Carlos Slim y sus empresas.

“El duopolio televisivo no quiere la competencia en la televisión y por eso ataca y presiona utilizando sus noticieros”, responde Slim contra las empresas de Emilio Azcárraga y Ricardo Salinas Pliego.

Para atacarse, unos y otros pagan inserciones en los diarios, en las portadas y en desplegados, o utilizan sus propios medios para denostarse y acusarse de ser los villanos en esta guerra. Lo mismo en noticieros de televisión que en mensajes SMS, millones de usuarios y audiencias cautivas son obligados a ser testigos de esta guerra y se les trata de convencer de que tomen partido.

Y en el enconado conflicto, en sus dimes y diretes, lo que aparece de fondo es que los empresarios se pelean no para ver quién ofrece la mejor calidad de servicio o los mejores precios a los usuarios, sino para que el Estado intervenga y a uno y a otro les eliminen las restricciones de mercado que les permitan ampliar sus negocios y, por tanto, aumentar sus ganancias. ¿O alguien ha sabido que para disputarse el mercado una u otra compañía telefónica esté ofreciendo tarifas más bajas? ¿O que en aras de proteger su mercado las compañías estén preocupadas por innovar en sus contenidos y en hacer más accesibles sus tarifas publicitarias?

Por momentos ésta no parece una guerra de la que puedan salir ganadores los usuarios de las costosas y nefastas telecomunicaciones en México; parece mucho más un duelo de empresarios protegiendo sus intereses y mercados, sin que necesariamente estén pensando en sus públicos y consumidores.

Por eso haría falta que la autoridad del Estado se hiciera presente. Porque en la guerra de titanes que se libra en el sector de las telecomunicaciones hay una última llamada para que la autoridad intervenga, regule y equilibre un área fundamental de la economía y de la vida del país en beneficio de los usuarios y las audiencias, no sólo de los intereses económicos de los dueños de las empresas.

Si ese sector estratégico se pervirtió cuando el Estado permitió la excesiva concentración en unas manos y toleró la creación de monopolios, duopolios o prácticas anticompetencia que fomentaron el lucro excesivo, perjudicando a los usuarios y consumidores, tal vez sea momento de que la autoridad se haga sentir e intervenga para recordarles a los empresarios que finalmente ellos usufructúan señales y bienes públicos que no les pertenecen y que el Estado está obligado a tutelar en beneficio de la sociedad.

Sería bueno que alguien le dijera al Presidente que hay otras guerras, además de la del narco y la electoral en las que se mantiene absorto, que requieren y ameritan su urgente presencia.

NOTAS INDISCRETAS… Lo único que unificó a los enfrentados precandidatos del PRI en Nayarit fue la animadversión y el rechazo que todos expresaron hacia el gobernador Ney González. El martes en una encerrona de varias horas en la sede nacional priista, los nayaritas se repartieron posiciones y candidaturas y lograron un acuerdo de unidad para postular a Roberto Sandoval como candidato a la gubernatura. Llegó a ponerse tan tenso el ambiente, que hubo un momento en que Humberto Moreira alzó la voz y les dijo: “Yo soy hombre de paciencia pero ya se me está agotando”. En la negociación, el senador Raúl Leyva, gente de Manlio Fabio Beltrones, se llevó varias diputaciones y al menos tres alcaldías, incluida su candidatura a Tepic. El otro senador, Gerardo Montenegro, cercano a Elba Esther Gordillo, también se llevó varias diputaciones y alcaldías. El que no quiso nada más que la candidatura a gobernador fue Sandoval. “Yo sólo quiero ser gobernador, no me interesa controlar otras posiciones”, decía el hoy candidato ante la sorpresa de sus ambiciosos compañeros priistas que no daban crédito a la ingenuidad y generosidad del alcalde de Tepic… Por cierto, que en Tepic se produjo otro duelo de fuerza entre Manlio Fabio y Enrique Peña y ¿quién cree que ganó? Mientras Manlio impulsaba a Mejía con todo, Roberto Sandoval se acercó a Peña Nieto, le llevó encuestas y le pidió su apoyo para ser candidato. Peña se encargó de meterlo a las ternas a pesar del rechazo abierto de Ney González, de Beatriz Paredes y de Manlio. Otro acierto de Sandoval fue haber buscado a Moreira desde diciembre de 2010, al cual también le pidió apoyo… El jueves, en un desayuno, Alonso Lujambio le pidió a Gustavo Madero que comience ya a definir tiempos y reglas claras para los aspirantes a la candidatura presidencial del PAN. Se necesitan, dijo el titular de la SEP, normas claras y que no busquen beneficiar a uno u otro precandidato. Se refirió en concreto a los tiempos que se les darán a los aspirantes para recolectar firmas de apoyo, sobre todo por los que ocupan cargos públicos y que estarían en desventaja con diputados o senadores que tienen menos limitaciones, legales y de tiempo para hacer proselitismo interno y recabar esas firmas con los militantes. “Le pedí a Madero que sea cuidadoso de no poner reglas ni tiempos a modo de ningún precandidato”, comentó Lujambio tras ese desayuno… Se lanzan los dados. Escalera doble.

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