Martes, 08 de Octubre 2024
México | Antes de que se diera a conocer el programa por parte del Presidente, la Sedesol había respondido a otras observaciones hechas

Sugiere Cofemer cambios a plan de alimentación

Sugirió a la Secretaría de Desarrollo Social que establezca de manera clara los criterios de selección de las personas que serán beneficiadas

Por: EL INFORMADOR

CIUDAD DE MÉXICO.- El Programa de Apoyo Alimentario en Zonas de Atención Prioritaria, anunciado hace casi un mes por el Presidente Felipe Calderón, fue objeto de observaciones en materia de transparencia por parte de la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer), de la Secretaría de Economía.

A pesar de que fue publicado en el Diario Oficial de la Federación el 28 de abril pasado, y de que ya se puso en marcha, la Cofemer sugirió a la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) que establezca de manera clara los criterios de selección de las personas que serán beneficiadas con el programa.

El pasado 30 de abril, en Mezquitic, Jalisco, el Presidente Felipe Calderón anunció la entrega de un apoyo bimestral de 500 pesos y otros beneficios para habitantes de zonas de alta marginación que no han recibido recursos provenientes de otros programas sociales como Oportunidades y Diconsa.

La Cofemer, instancia encargada de promover la transparencia en la elaboración y aplicación de las regulaciones, envió un oficio a la Sedesol —recibido el 14 de mayo pasado— en el que sugiere una serie de adecuaciones a los lineamientos para la operación del Programa de Apoyo Alimentario en Zonas de Atención Prioritaria.

La primera de ellas se refiere a que la Sedesol establece como una de sus acciones el mejoramiento de la vivienda para lograr impactos en la salud y nutrición de las familias, al dotarlos de piso firme, agua potable y servicio sanitario, así como mediante la sustitución de fogones abiertos para cocinar.

En este caso, la Cofemer señaló que no se indica cuál es la forma como se pretende dar el apoyo para mejorar la vivienda que tenga relación con la salud y nutrición de la población.

Otra de las observaciones está relacionada con la metodología que empleará la Sedesol para determinar los hogares que serán incorporados al padrón del programa como beneficiarios, la cual, según los lineamientos, estará disponible en la página de internet de la dependencia.

La Cofemer recomendó en este caso incluir en los propios lineamientos la metodología y los criterios de selección del padrón, “con la finalidad de fomentar la transparencia en cuanto al manejo de los recursos del programa y de que exista claridad respecto a la determinación de los beneficiarios del mismo”.

Antes de que se diera a conocer el programa por parte del Presidente Felipe Calderón, la Sedesol había respondido a otras observaciones hechas por la Cofemer al especificar la población objetivo, al dar a conocer los documentos mediante los cuales se recabará la información de las familias entrevistadas y establecer la periodicidad con la que se entregarán los complementos nutricionales. (El Universal)

Asalariados “adelgazan” su dieta

MÉRIDA.- La carestía de hasta 50% en los alimentos, principalmente de la canasta básica, propició que en los mercados públicos, donde se abastece el grueso de la población, los clientes huyan al escuchar los altos precios. Los más angustiados dicen ya no saber “qué hacer para estirar el gasto”.

Testimonios recogidos “al pie del puesto” en 10 estados del país —Sur, Centro y Norte— coinciden en que para alimentar a la familia con lo poco que se lleva en el monedero, hasta la calidad es lo de menos. El arroz, aceite y pastas se cotizan cada día más alto, lo que ha llevado a desplazarlos de la dieta diaria del mexicano. De la carne, ni se diga. Y hasta el pollo empezó a subir.

Para Elvira Cauich de Bojórquez, empleada burócrata, comprar los productos con los que elabora la comida es un martirio: “Con lo poco que cobramos tenemos que ver que nos alcance. Dos veces a la semana comemos carne de res, verduras y sopas”.

Aun con dos sueldos en casa, “apenas nos alcanza”.

Doña María Yolanda Caballero Queb, de compras en el mercado local Lucas de Gálvez, asegura que su esposo —Luis Arcángel Domínguez Domínguez, obrero— gana 500 pesos semanales y con los descuentos le quedan 420 pesos. Con tres hijos, “apenas podemos irla pasando”. (El Universal)

“Ya no adquiero todo lo necesario”

JUCHITÁN.-
En medio del bullicio que priva en el centro de esta ciudad, doña María Luisa Orozco camina sin inmutarse frente al parque con la pequeña bolsa del mandado que contiene la comida del día.

A esta mujer no le causa emoción alguna la algarabía de jóvenes mujeres que regresan de la misa de acción de gracias en honor a la festividad juchiteca de Guié Cheguigu (Flor de Cheguigo).

“A mí me apura que todo suba de precio y que nadie diga nada”, expresa en lengua zapoteca esta oaxaqueña que gana en promedio 50 pesos diarios “lavando ropa ajena”.

No es la única que resiente las alzas en los productos básicos, sobre todo los que provienen del Centro del país. “El kilo de arroz, que estaba a seis pesos, subió a 10 pesos”, dice doña Edna Martínez.

“El kilo de tomate estaba hace unos días a ocho pesos y mire, hoy me costó 15 pesos, y el litro de aceite que costaba 12 pesos, ahora lo venden a 22 pesos y en otros lugares hasta 25 pesos”, señala doña María Luisa.

E informa: “Mi esposo (Roberto Ruiz) recolecta basura con su triciclo y me da 80 pesos al día, yo gano a veces 50 pesos por lavar ropa ajena. ¿Usted cree que eso alcanza para comer bien?”, pregunta indignada.

Lo malo, añade, es que en el mercado “los comerciantes nomás nos dicen ‘hoy el tomate llegó caro’, y ni modos, ya no compro todo lo que pensaba llevar a la casa”. (El Universal)

Peregrinar en busca del menor precio

VILLAHERMOSA.
- Los clientes, al escuchar el precio, mejor se van sin decir nada. Siguen buscando la opción menos cara, “porque barato no hay nada”, afirma don Gregorio “Goyo” Méndez.

En esta última alza que registran los productos básicos, el arroz subió 13% el kilogramo y el de frijol 11%. El producto que más elevó su precio fue el aceite de cocina, al elevarse en 34 por ciento.

El kilogramo de arroz pasó de 13 pesos a 15 pesos; el de frijol de 15 a 17 pesos, y el litro de aceite de 20 a 30 pesos. El alza “se fue de boleto”, dice el comerciante de 70 años.

Son los alimentos que más adquiere la gente, pues son los que rinden para poder comer varios días.

Don Goyo señala que aunque la caja de huevo que surtió para su local subió en 20 pesos, él mantiene el precio de venta al público en un peso cada pieza, para conservar la clientela, pues más arriba de ese costo no lo paga la gente.

La población tiene que recurrir a los productos más baratos para alimentarse. “La gente ha optado más por el huevo y la pasta, que es lo que más compran para comer, más cinco pesos de queso sopero. Ésa es la dieta”, dice el abarrotero con 42 años de despachar en el local número 392 del mercado Pino Suárez.

Todos los productos han subido, así que el cliente con dinero que llega y escucha el nuevo precio, no dice nada y compra, pero la gente de escasos recursos “sale huyendo”. (El Universal)

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