Subejercicios sin respuestas

Pasada la elección, el Congreso de la Unión se ha puesto a mirar hacia la economía, cuyo indicador más sensible ha sido el desempleo. Y, desde su función de control político, ha llamado el Poder Legislativo a comparecer a tres secretarios encargados de despachos presidenciales para que rindan pormenores. De entrada, les espera a los tres una pregunta: ¿Por qué tarda tanto el Gobierno federal para ejercer el presupuesto?

Al secretario de Comunicaciones y Transportes, Juan Molinar Horcasitas, no sólo le quieren preguntar por qué apenas ha ejercido 25% del presupuesto para carreteras, que la Cámara de Diputados le ordenó desde diciembre pasado lo aplicara con prontitud, por una razón básica de política económica: el dinero en movimiento dinamiza economías locales y contribuye con el resarcimiento del empleo.

No es lo único que quieren preguntar a Molinar, cuando comparezca. ¿Qué está sucediendo con la línea aérea Aviacsa?, es una de las preguntas fundamentales que esperan al no hace mucho director general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Y, evidentemente, ya le están armando un buen manojo de preguntas en torno a su relación con las guarderías del IMSS.

Los diputados y senadores quieren que el secretario de Agricultura (Sagarpa), Alberto Cárdenas Jiménez, informe sobre los motivos por los cuales el Gobierno de Felipe Calderón todavía no termina de entregar los recursos del Procampo, cuando los tiempos de siembra prácticamente están ya a la mitad, y, en amplias zonas, por concluir. No han entregado los de Sagarpa, tampoco, “el recargo de las tarjetas del diesel agropecuario”. Y quien denunciaba esto último era el mismo presidente de la Cámara de Diputados, César Duarte Jáquez.

Al secretario de Economía, Gerardo Ruiz Mateos, lo quieren ver cuanto antes en el Congreso, sobre todo a partir del rumor que azotó esta semana en Los Pinos, de que éste será el primer hombre del gabinete presidencial que renunciará, como secuela de lo que a Felipe Calderón le sucedió en la elección reciente.

Desde el lunes mismo, un día después, voces del PRI en el Senado y en San Lázaro advertían a Felipe Calderón que la lectura de los resultados del 5 de julio no daban lugar a dudas: la población exigía cambios en el gabinete presidencial y cambios en el ejercicio de las políticas públicas.

Los legisladores quieren que Ruiz Mateos esencialmente les responda a propósito de dos vertientes económicas: el desempleo, agravado en mayo y junio con cifras mensuales de 100 mil botados del trabajo; y en torno del subejercicio de recursos que fueron destinados a fondos de apoyo a micros, pequeñas y medianas empresas.

A Ruiz Mateos la oposición priista y perredista “lo trae en salsa” desde que llegó. De inepto no lo bajan cada que se acuerdan de él. Y le han advertido que, cuando comparezca, tendrá que pormenorizar cifras y motivos por los cuales el Gobierno de Calderón ha tardado tanto en entregar ayuda a las Mypimes.

El primero de la tarde será Molinar, quien comparecerá el día 21. Los otros, en el lapso de esa fecha al 5 de agosto.

Un subejercicio que ha insuflado los ánimos de la oposición —específicamente del PRI y PRD— en San Lázaro y Xicoténcatl, ha sido el correspondiente al de seguridad pública, cuyo monto ayer ha dicho César Duarte que es de 50 por ciento.

Duarte dijo: “Sabemos que el subejercicio de la mesa en seguridad pública es de cerca de 50%. Entonces, ¿de qué estamos hablando? Ahora sí que haría mía la pregunta que hizo Germán Martínez en otro momento: ¿De qué lado está la autoridad?”

Un reportero le había preguntado su opinión sobre los asesinatos en Chihuahua de Benjamín LeBarón —el líder espiritual de una congregación mormona que se convirtió en toda una comunidad, en Galeana, Chihuahua— y el cuñado de éste, Luis Wittman, y sobre la creación de una Policía conformada por miembros de la misma localidad.

Los subejercicios consisten en la inaplicación del presupuesto. Suele el Gobierno federal argumentar que antes de dar el recurso correspondiente debe aplicar determinadas reglas de operación, para que el gasto no sea desviado o mal aplicado.

La oposición toda juzga, en cambio, que los subejercicios tienen tres orígenes: 1.- ineptitud de quienes están encargados de la aplicación y entrega de los recursos. 2.- No entrega Hacienda los dineros porque sencillamente procura que los gobiernos que los ejercerán —muchas veces, de la oposición— no se beneficien políticamente. 3.- El crimen organizado ya gravita sobre las instituciones de tal manera que los encargados de entregar los presupuestos se hacen los tiololos para que no sean ni capacitados los policías ni rearmados.

Por cierto, hay un funcionario del gabinete que podría responder mucho sobre la materia de los subejercicios —el secretario de Hacienda y Crédito Público, Agustín Carstens—, pero por esas cosas raras del PRI no ha sido llamado a comparecer.