Viernes, 20 de Septiembre 2024
México | Instalarán hospital marino en Puerto Príncipe

'Somos los mejores para está misión'

Crónica desde la travesía del buque 'Huasteco' de la Armada de México rumbo a Haití

Por: NTX

VERACRUZ, VERACRUZ.- Un primer día raro nos amaneció en las puertas de la aduana de Veracruz. Una vez superada la revisión caminamos hacia el buque el Huasteco donde una bandera deslavada, triste se mecía de un lado a otro de forma irónica, caprichosa.  

Una vez superada la escalera de escotillas, arriba del Huasteco el vaivén lento hacia sentir los pasos sobre un piso que parecía endeble como si en cualquier momento pudiera hundirse.  

En la proa se sentía el viento que mecía de un lado a otro la bandera mientras un teniente señalaba la escalera por donde hay que descender hacia el comedor.  

Ahí, la única televisión, Sony de 15 pulgadas y pantalla plana cuyos controles ya no responden a nadie, suena a todo lo que da.  

Es inútil tratar de bajar el volumen, quien lo intenta sólo consigue cambiar el canal y hacer mas ensordecedor el ruido.  

En la pantalla borrosa, que parpadea cada 30 segundos se observan imágenes que ligan la realidad del buque con Puerto Príncipe.  

Allá todo es escombros, llanto y tensión, aquí se apilan una sobre otra las colchonetas, las bolsas de despensa, cajas con botellas de agua y medicamentos.  

A un costado del comedor hay otra escalera que guía hacia el fondo del buque donde están los camastros con viejas colchonetas, ahí todo huele a aceite y pintura.  

Ahí un grupo de marinos se estiran como resortes y entran a los baños colectivos.  

Un teniente con sonora voz ordena: 'hay que bañarse hoy porque a partir de mañana se reaccionará el agua'.  

El Huasteco guarda en sus entrañas 150 mil litros del líquido para el viaje de ida y vuelta a Puerto Príncipe, Haití.  

Las regaderas con llaves viejas, lanzan a presión los chorrros de agua que a cualquiera quitan el sueño.  

En un abrir y cerrar de ojos las delgadas líneas del sol se filtran por las rendijas del buque.  

El teniente insiste: 'hay que aprovechar el agua, luego a desayunar y pasar a la enfermería para vacunarse de influenza, tétano y fiebre amarilla'.  

Los camarotes de la enfermería lucen vacíos. Con actitud rara y como a la espera de lo que viene, los marinos colocan letreros de 'no estorbar' en el pasillo que conduce al quirófano, limpio y con una plancha de acero inoxidable, fría que aguarda a los pacientes.  

Un grupo de 12 elementos de la Policía Federal, médicos y paramédicos, literalmente toman por asalto la pequeña tienda del Huasteco, compran pastelitos, papitas, refrescos y palomitas mismas que revientan en el único horno de microondas ubicado en el comedor.  

Uno de ellos mira a los periodistas y les pregunta ¿por qué crees que estamos aquí? un periodista hace una mueca y responde 'no tengo idea'.  

'Porque somos los mejores y nos escogieron para esta importante misión, vamos a instalar un hospital móvil allá en Puerto Príncipe'.  

Los elementos de la Policía Federal lucen orgullosos su uniforme y placa a la altura del pecho.  

En el comedor, los marinos ven la televisión pero no escuchan lo que dicen los conductores del programa, el ruido de las máquinas y plantas de energía se mezclan, hacen vibrar el piso y las paredes de acero del buque.  

Puerto Príncipe está a cinco días de camino sobre el mar. Allá el sinónimo de día es caos, angustia y dolor; aquí el Huasteco se adentra en las aguas del Golfo cargado de ayuda para los haitianos. 


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