Solalinde recorre 'El Bordo', limbo de los deportados

TIJUANA, BAJA CALIFORNIA (09/SEP/2014).- La expresión en el rostro del padre Alejandro Solalinde era aterradora: abría mucho los ojos, meneaba la cabeza de un lado a otro y repetía “no”. Para todos ellos que no conocían “El Bordo”, incluidos activistas venidos de Estados Unidos, era incomprensible ver a cientos de hombres con las piernas amputadas, brazos gangrenados, viviendo en un canal de aguas negras y basura chamuscada.

Ayer el sacerdote, fundador del albergue Hermanos en el Camino, viajó a Tijuana y visitó la zona conocida como “El Bordo”, un canal de aguas de negras donde miles de deportados viven, luego de ser expulsados de EU y sin recursos para regresar a sus lugares de origen.

Era la primera vez del prelado mexiquense, activista y defensor de los derechos de los migrantes en “El Bordo”.

En el recorrido conversó con decenas de migrantes deportados quienes exaltados, le contaban todas las violaciones a los derechos humanos que han sufrido, incluso que elementos policiales los han tratado de quemar vivos.

Un diario reportó todas las violaciones que se cometen en esta zona, donde se estima viven más de mil 500 deportados.