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México | POR ANA MARÍA SALAZAR Seguridad personal de los niños ¿Al enseñar técnicas de defensa personal a un niño, no se está promoviendo que los pequeños sean violentos? No, no creo Por: EL INFORMADOR 30 de octubre de 2010 - 01:57 hs Ana María Salazar. / Con frecuencia me preguntan si es posible enseñar a un niño a defenderse ante las diferentes amenazas que enfrenta a diario. Yo les respondo que sí es posible. Pero hay varios factores a considerar. Inclusive hay técnicas de defensa personal que podría aprender un pequeño, que sería de mucha utilidad ante un agresor mucho más grande. Pero el factor fundamental de la seguridad de un niño o niña depende de los padres y otros adultos que rodean al pequeño. ¿Al enseñar técnicas de defensa personal a un niño, no se está promoviendo que los pequeños sean violentos? No, no creo. Pero sí se requiere, como en todo, ser muy claros de que hay situaciones muy especificas en que el niño tiene el derecho de hace uso de la fuerza para defenderse. Pero también es importante que les enseñemos a los niños que generalmente hay muchas opciones a que pueden acceder para mantenerse seguros. Por ejemplo, hay que enseñarles a los pequeños que deben mantener distancias de otros niños o adolescentes que son violentos. También hay reglas de seguridad personal que son tan obvias para los adultos, pero tal vez no lo sean para un niño. Por ejemplo, hay que recordarles a los niños y adolescentes de la importancia de no hablar con extraños, de siempre buscar andar en grupos, nunca solos, o simple y llanamente evitar caminar por calles oscuras y vacías. ¿Deben los padres buscar que sus hijos practiquen un arte marcial como parte de una estrategia de promover un “niño seguro”? Muchos piensan que estas disciplinas promueven violencia. Las artes marciales han jugado un papel fundamental en mi vida. No sólo aprendí la importancia de la disciplina de mis maestros y compañeros, sino también entendí que las técnicas de defensa no son las únicas formas de proteger mi integridad física. No es necesario que un pequeño tenga que dedicar años a practicar o convertirse en un cinturón negro para desarrollar la confianza suficiente para no congelarse y protegerse en una situación de peligro. Curiosamente una de las herramientas más importantes para la defensa de un niño es tener la capacidad de gritar. Y aunque no estoy promoviendo que permitamos que los niños se dediquen a gritar todo el tiempo, volviendo locos a sus padres y maestros, lo que sí creo importante es que les enseñemos que hay momentos en que un niño debe gritar. Gritar fuerte. Especialmente cuando hay un agresor que amenaza su integridad física, ya que muchas veces un buen grito es suficiente para que un agresor deje en paz a un pequeño. He escrito mucho sobre la importancia del instinto como una de las herramientas más importantes de nuestra seguridad. Hay que escuchar esa “vocecita” que nos habla y nos trata de advertir cuando estamos enfrentando una situación en donde podría estar en riesgo nuestra integridad física. Parecería que los adultos nos hemos dedicado sistemáticamente a ignorar esa voz que nos advierte que estamos en peligro, y esto es lo que les enseñamos a los niños. Si un pequeño siente incomodidad de estar con cierta persona o encontrarse en un lugar, nosotros tenemos que respetar estos sentimientos, sin importar quién es la persona o por más inocua que sea la situación. De nuevo, aquí es fundamental que los niños no sólo tengan la suficiente confianza de compartir información con sus padres, sino también es fundamental que éstos sientan que sus padres los escucharán y los apoyarán. Cuando existe un lazo de confianza y comunicación entre los niños y sus padres, se abre una puerta para que los padres puedan ser partícipes de lo que sus hijos perciben en ciertas situaciones de peligro. Se puede decir que la combinación de estos dos factores genera una retroalimentación entre padres e hijos, pues los niños empiezan a expresar su intuición acerca de algún riesgo que pudieran estar viviendo, y los padres pueden ayudarlos, de tal manera que los hijos empiecen a recibir la información necesaria para defenderse. Al mismo tiempo que los niños reciben información acertada sobre las técnicas de defensa personal, no sólo aprenderán a defenderse, sino también comienzan a adquirir autoestima y seguridad, pues se sienten seguros de sus capacidades y aprenden a disciplinarse. Temas Tertulia Ana María Salazar Lee También ¿Silvia Pinal era amiga de María Félix? Elsa Aguirre, Irma Dorantes y María Victoria: actrices del Cine de Oro que aún viven Sociales: Julieta celebra su sexto cumpleaños con la magia y diversión de Disneylandia Portada: Camía Sahagún, momentos para recordar Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones