Secuestrados

¿Cuándo perdimos la brújula democrática? ¿Cuándo extraviamos el sueño de país próspero? ¿Cuándo se aflojaron los nudos éticos y morales que mantenían a raya al crimen y la violencia? ¿Cuándo se convirtió en moneda de uso corriente el valemadrismo? ¿Cuándo...?

Imposible identificar cuándo fuimos secuestrados por lo peor del México profundo —porque cada cual tiene su fecha en el calendario—, pero está claro que todos reconocemos los efectos del vergonzoso secuestro que vivimos desde hace dos o tres décadas…

Hablamos de una clase política opositora que nos arrebató el sueño democrático, de pluralidad y alternancia, que prometió el mejor de los mundos una vez echado del poder el Partido Revolucionario Institucional (PRI), pero que luego de dos décadas aparece como un fracaso cultural de izquierda y derecha. El visible triunfo del PRI en 2010-2012, no es más que la derrota moral, ética y política de una generación de mexicanos que hoy no se atreven a explicar el fracaso. Unos dicen que el México de hoy es irreconocible para los mexicanos de ayer. Otros aclaran: no, los mexicanos de ayer hacen hoy todo lo que criticaron hace 20, 30 años.

Hablamos de gobiernos tricolores, azules y amarillos —dizque de derecha, izquierda o centro—, que en el ejercicio del poder son tan iguales como gotas de agua; iguales en mediocridad, mezquindad, incapacidad y ambición de poder. Gobiernos que secuestraron los sueños de igualdad, justicia y prosperidad de generaciones de los años sesenta y setenta; que dieron la vida por un sueño traicionado. ¿Qué le dirá la izquierda a sus muertos? ¿La derecha a sus mártires de la democracia?

Hablamos de los miles y miles de jóvenes sin esperanza, sin futuro, que deben aceptar el empleo del “sicareo” y el “cristaleo” —por los que se juegan la vida—, porque ni la transición democrática, la pluralidad y la alternancia en el poder trajeron los empleos prometidos, el bienestar, la educación y las universidades de calidad. ¿En qué momento la peor escoria criminal se convirtió en la mayor industria generadora de empleo?

Hablamos de los millones de mexicanos atrapados en la cultura del valemadrismo; sean burócratas, empresarios, políticos, comerciantes, periodistas, sacerdotes, líderes sindicales, obreros y empleados de a pie, para los que vale la democracia siempre que ganan, no cuando pierden; para los que honestidad, lealtad, congruencia, transparencia y rendición de cuentas valen, siempre que sirva para sacar raja, no como cultura cotidiana.

Millones votarán por el regreso del PRI, porque el tricolor “salpicaba”, y porque azules y amarillos se roban todo. ¿En qué momento los mexicanos permitimos que nos secuestrara lo peor de los mexicanos? Preguntas de un mexicano que regresó a su país, que ve claro el secuestro.