Sábado, 30 de Noviembre 2024
México | PERGEÑO POR VÍCTOR E. WARIO ROMO

Samaniego: el valor de la crónica

Murió uno de los mejores cronistas del periodismo mexicano de las últimas décadas

Por: EL INFORMADOR

Víctor Wario Romo.  /

Víctor Wario Romo. /

“Dialogar o no dialogar con el Presidente Calderón... he ahí el dilema. Y esa era la cuestión, el tema ayer en la casa del Senado de la República. Se hablaba de ello en voz alta y baja, en público y en privado”.

“No me han hablado, no me han invitado. Y si lo hicieran, habría que ver en qué circunstancias”, dijo el coordinador de los diputados priistas, Francisco Rojas en conferencia de prensa. Poco después, expresó al cronista de “El Universal”: “Por supuesto que sí iré a Los Pinos, pero en mejores condiciones para el país, y le daré un abrazo al Presidente Calderón... en diciembre de 2012”.

Así comenzó una de sus últimas crónicas el periodista Fidel Samaniego, muerto hace ocho días en Veracruz mientras vacacionaba con su familia. La voz de sus propios colegas, así como de directivos de medios de comunicación y personajes de la vida pública del país, fue unánime al conocerse la noticia de su fallecimiento: murió uno de los mejores cronistas del periodismo mexicano de las últimas décadas.

Particularmente me considero un admirador de los buenos cronistas y, por mera coincidencia, tuve la suerte de conocer a Fidel Samaniego en la que fue “su cuna y su casa”, “El Universal”, hace unos ocho años. Refugiado en una pequeña oficina, apenas asomaba la prominente nariz envuelta en una densa nube de humo que lo delataba como un fumador empedernido. Gerardo Galarza, amigo mutuo, lo señaló y me dijo “mira, ahí está Fidel”; luego hizo la presentación de rigor y el autonombrado “narigón cronista” saludó sonriente, con la formalidad del caso.

En aquella ocasión, apenas alcancé a decirle que leía con placer sus crónicas, reproducidas frecuentemente en EL INFORMADOR. Yo sabía que Fidel había cronicado, junto con López Dóriga y un puñado de selectos, la campaña presidencial y casi todo el sexenio de Salinas de Gortari. En los años recientes, a su regreso a la redacción de “El Universal” habían revalorado su trabajo y recibía la encomienda de las coberturas de los asuntos relevantes, además de sus cotidianas crónicas parlamentarias, género periodístico hoy casi en desuso.

Se extrañarán en los medios los escritos de este singular “narigón cronista”. Ojalá que no se pierda la escuela de las buenas crónicas parlamentarias que han dejado grandes como Samaniego. Esos textos que desnudan el detalle, que describen con puntualidad, que registran el dato, que exaltan la ironía, que miran lo que otros simplemente ven pasar… Género no siempre grato para políticos que ahí se reconocen, como en un espejo.
Ahí queda el estilo de Fidel Samaniego y ahí quedan los merecidos homenajes por sus crónicas, como la del pasado 15 de julio, que así remató:
“Dialogar o no... he ahí el dilema de legisladores”.

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