Retraso generacional y politización

Existe gran retraso generacional en el país, errores en aplicación de fondos, falta de conciencia en lograr un desarrollo equilibrado, otorgando a las ciudades una importancia secundaria.

En agosto hubo una reunión de organizaciones en Monterrey, sobre el urbanismo de México, temas torales muy importantes, sobre todo gran escasez de recursos, estos son aprobados por el Congreso “en base a criterios políticos”, estados y municipios los aplican para obra pública, particularmente de carácter social, sin contribuir al desarrollo ordenado de las ciudades.

Mencionaron ciudades del mundo, particularmente China y Japón, “donde la planeación urbana y regional es sustento infranqueable de toda política pública”. Aquí hemos propuesto una y cien veces la importancia de la regionalización, hicieron intentos mínimos, pero la politización putrefacta domina el criterio del desarrollo echando todo a perder.

Metrópolis como Londres y París tienen instituciones metropolitanas encargadas de aplicar políticas urbanas integrales con gran éxito. En este tema hemos propuesto desde hace más de 10 años la creación del Instituto Metropolitano de Planificación, despolitizándolo, siguiendo el modelo de IAURIF (Institute d’Amenagement et d’Urbanisme Ile de France), manejado fuera del Gobierno aunque financiado, donde toman decisiones sin criterio político, logrando un verdadero desarrollo equilibrado. Pero en nuestra “Gran Guadalajara”, la politización es gangrena gaseosa que corrompe la mente de políticos y gobiernos en turno. Hay casos en América del Sur como Curitiba, Bogotá y Medellín, que hicieron del ordenamiento urbano el centro de su política social y de desarrollo económico, mejorando la calidad de vida.

Se mencionó la última política urbana nacional, la del fomento de ciudades medias, reforzando la regionalización que no tenemos en nuestro Estado, Guanajuato y Veracruz sí lo tienen, pero con el Artículo 115 le dieron en la “m…” a la iniciativa, al dar todas las atribuciones de planeación y control urbano a municipios. “Un alcalde de municipio conurbado no ve ni le interesa tomar en cuenta armonía del conjunto urbano, los empresarios inmobiliarios sólo ven por sus intereses”.

Tenemos un ejemplo, Aristóteles, que debería invocar a Sócrates su maestro para que le ilumine, pero no le interesa; ha demostrado su oposición a proyectos existentes y sus ideas sin proyecto no tienen como prioridad la coordinación metropolitana con otros municipios ni lograr desarrollo equilibrado y calidad de vida.

Con carencia de recursos, sabiendo que el transporte colectivo está en crisis y la solución es un sistema multimodal combinando tren ligero, Macrobús, autobuses, demás medios no motorizados y aún los trolebuses que en los años sesenta cancelaron en Chicago, hay que utilizar lo que tenemos, coordinar todos los medios de transporte para tener transporte colectivo eficiente.

No se entiende que teniendo un proyecto probado, con ajustes como el Macrobús, es inminente su realización, pero lo politizaron y van por nuevas ideas como el tren magnético de Atlanta, se podría aplicar después ya resueltas prioridades como la realización del Macrobús, si no se va a perder la oportunidad de utilizar mil millones de pesos destinados para esa obra; el tren magnético costó en Atlanta seis mil millones de dólares, se podría utilizar en nuestra metrópoli en Periférico y para unir nuestra ciudad cuando haya sobrantes económicos, con el Aeropuerto reforzando la consolidación de nuestra región metropolitana.

Aristóteles, principal opositor al Macrobús, debe reflexionar para no quedar como culpable de no seguir con el proyecto que ya probó su eficiencia y perder esa oportunidad de utilizar los mil millones de pesos asignados.

Vielma anunció paso a desnivel donde está considerando espacio para el Macrobús, si tuviéramos fondos suficientes quizá deberíamos realizar el tren ligero, pero no los hay, así que Aristóteles, reflexiona, piensa en Sócrates, que no te quede en la conciencia que con tu oposición politizada se logrará “hacer nada”, que es lo peor que puede sucederle a nuestra metrópoli.