Regresar

“Le sugerimos comer lo más posible antes de subirse al avión porque ya no se sirven alimentos a bordo” es la sugerencia que no sin cierta vergüenza me hace la señorita que atiende el counter de Mexicana. “Me es también imposible darle la hora de llegada porque no sabemos si el avión va a hacer una parada para cargar gasolina en Mexicali”. El vuelo era sin escalas pero me informa que ya no les permiten cargar gasolina ni en Canadá ni en Estados Unidos a menos de que paguen por adelantado.

“Hay que esperar a ver qué dice el capitán y si alcanza para llegar hasta la Ciudad de México”. En el tablero electrónico el único vuelo retrasado es el nuestro. Pero entre los pasajeros no hay molestia sino alivio de saber que sí llego un avión y que vamos de regreso. Todos temíamos lo que están viviendo algunos en Madrid y en Bogotá. El vuelo es muy agradable y no sin cierto humor nos avisan que no hay comida pero que vamos sobrados en bolsitas de cacahuates japoneses. Esta quincena ya no les pagaron. Ya en tierra, el capitán de otro vuelo me confirma que en 25 años de servicio es la primera vez que no les pagan.

La situación es triste y delicada. Y no sólo en Mexicana sino en toda la aviación nacional. Hace un mes la autoridad reguladora internacional degradó a México a la categoría dos. La FAA consideró que las autoridades mexicanas, en concreto la Dirección General de Aeronáutica civil (DGCA), no tenían personal capaz de inspeccionar de forma metódica y aceptable el conjunto de aviones que operan en el país. Esto tiene múltiples consecuencias, entre otras, que si Mexicana desaparece las rutas que tiene rumbo a Estados Unidos no podrán ser utilizadas por otras aerolíneas nacionales.

¿Qué pasó? Las explicaciones de las partes de por qué se llegó a esta situación son irreconciliables. La realidad parece no existir. Para los pilotos hubo una intención aviesa del actual dueño desde el principio de acabar con Mexicana para quedarse sólo con líneas más rentables como son Clic y Link, donde se les paga mucho menos a los trabajadores. La empresa insiste en que los pilotos ganan mucho y da datos: los mejor pagados en Estados Unidos son los de Federal Express y ganan 147 mil dólares al año, los de Mexicana ganan (salario + prestaciones) 228 mil dólares al año. “Está pasando en todo el mundo” me dice no sin tristeza un amigo piloto, hay muchos pilotos calificados dispuestos a trabajar por menos. No quieren renunciar a sus jubilaciones, la empresa dice que son impagables.

Pero más allá de las versiones, en éste como en otros casos, son miles de pequeñas tragedias personales.