Martes, 26 de Noviembre 2024
México | Tragedia. Primer aniversario

Recuerdan a sus muertos a un año del atentado en el Casino Royale

Los familiares de las víctimas exigen la detención de Raúl Rocha, propietario de la casa de apuestas

Por: EL INFORMADOR

MONTERREY, NUEVO LEÓN (26/AGO/2012).- Alejandro Morales siente que ha perdido todo desde que su hijo Rubén Noé murió en el Casino Royale. Abrumado por el llanto, manifiesta que su único deseo es morir para poder estar con él.

“Yo lo que quiero es ya morirme y seguir a mi hijo. Mucha gente perdió a un hijo, perdió una madre; yo perdí dos en uno, a mi hijo y a mi mejor amigo. Él era mi mejor amigo, era todo para mí”.

De 19 años y estudiante de preparatoria, Rubén llegó a trabajar al Royale un día antes de la tragedia con la esperanza de reunir dinero para cumplir su sueño de viajar a España y estudiar la carrera de sommelier.

Según su padre, Rubén Noé pudo haber salido vivo, “pero apoyó en la evacuación, se puso como banquito para que las personas subieran en su espalda y pudieran salir”.

Eduardo Enrique Martínez Cavazos tenía 54 años cuando llegó al casino para lo que creía “un rato de esparcimiento” con su esposa Patricia Sáenz. Cuando sobrevino el incendio, ambos se separaron en medio de la confusión y ella nunca lo volvió a ver.

Samara Pérez Muñiz, portavoz de los familiares de las víctimas, les dijo a sus compañeros de dolor: “Aquí, al ver este edificio, yo sé que muchos sienten escalofríos, pero les  pido que no volteen a verlo, mejor volteen a ver a su corazón y el recuerdo que  dejaron allí nuestros seres queridos”.

Agregó que aún faltan por cumplirse los compromisos del Gobierno federal, entre ellos el de procesar a todos los culpables, en especial el propietario de la casa de juegos, Raúl Rocha Cantú. “Hasta la fecha no sabemos absolutamente nada de él y veo que las autoridades estarían obligadas a hacer que dé la cara. A un año de distancia es ridículo que no tengamos ni idea de qué ha pasado con ese señor”.

Pérez Muñiz perdió en el incendio a su hijo Brad Xavier Muraira, de 18 años.

En las paredes de la casa de apuestas todavía permanecen los boquetes en la pared por  los que trataron de rescatar a algunas de las personas que el 25 de agosto  del año pasado quedaron atrapadas por el fuego, después de que miembros del cártel de “Los Zetas” rociaran con gasolina el negocio y murieran 52 personas.

Los familiares de las víctimas han recibido apoyo de servicios funerarios, médicos, psicológicos, y algunos obtuvieron becas por parte del Gobierno de Nuevo León.

Sin embargo, algunas familias aún están a la espera de recibir un fideicomiso que la primera dama, Margarita Zavala, prometió después de la tragedia.

Los eventos conmemorativos iniciaron a las 15:00 horas con una misa en la Iglesia del Carmen, donde se había  instalado un altar con las fotografías de los fallecidos.

Al concluir la liturgia, las personas recorrieron los 300 metros que  separan la iglesia del Casino Royale, donde se reunieron con unas 400 personas  para admirar los altares con flores, cruces de madera, fotografías, oraciones y  zapatos con los nombres de los 52 ausentes.

Algunos de los asistentes portaron camisetas con las fotografías de sus  seres queridos que perdieron la vida y otros con la leyenda “Memoria -Justicia  -Esperanza”.

En los próximos tres días de duelo, no todo será silencio, reclamos y dolor, también se llevarán a cabo algunos actos musicales y campañas de responsabilidad social, en los que se exigirá a los gobiernos municipal, estatal y federal respuestas sobre el multihomicidio.

En resumen

El ataque


El 25 de agosto del 2011, miembros del cártel de “Los Zetas” atacaron el Casino Royale prendiendo fuego al edificio, lo que provocó la muerte de 10 hombres y 42 mujeres.

Hubo 28 implicados, dos están muertos y los otros 26 detenidos, aunque sólo han procesado a 13.

Ni olvido, ni perdón a los criminales

Durante la primera ceremonia luctuosa en honor de las víctimas del atentado en el Casino Royale, el gobernador, Rodrigo Medina de la Cruz, aseguró que para los criminales no habrá “ni olvido, ni perdón”, luego de izar la Bandera del Obispado a media asta.

“Estamos aquí para refrendar el compromiso de hacer justicia, de continuar con los esfuerzos que nos impone la ley y la solidaridad común y para recordar hechos que no deben repetirse, que envilecen a lo humano. Reafirmo que seguiremos los procesos judiciales con la mayor atención, con la mayor prioridad y el más alto sentimiento de fuerza del Estado para castigar a los culpables”.

De acuerdo con el decreto emitido después de la tragedia por el gobernador Rodrigo Medina, la manifestación de duelo se realizará cada año “en memoria a las víctimas inocentes del atentado” y en solidaridad “con sus familiares y seres queridos que les sobreviven”.

Desde ayer y hasta el lunes, en los edificios públicos de Nuevo León las banderas ondean a media asta.

El Gobierno de Nuevo León, asegura que 26 de los 28 responsables de la matanza están detenidos y los otros  dos están muertos, aunque sólo 13 han sido procesados.

Medina dijo que seguirán con los procesos judiciales “con la mayor atención, la mayor prioridad y el más alto sentimiento de fuerza del Estado para castigar a los culpables”.

De acuerdo con las investigaciones, el ataque fue una desproporcionada y mal planeada advertencia de los criminales al propietario de la casa de apuestas, quien aparentemente se negó a ser extorsionado.

El mandatario señaló que en el medio de las casas de apuestas existe la corrupción. “Hay que mencionar que en esta tragedia también está la corrupción, la impunidad, la ilegalidad, la búsqueda desenfrenada de lucro de la descomposición ética”.

También señaló a los policías que colaboraron con los atacantes. “Algunos funcionarios han olvidado su deber de vigilar y de proteger, y se han convertido en protectores y cómplices de quienes nos agreden”.

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