Rebase por la izquierda hacia el cogobierno

El informe presidencial asomó ayer muy temprano desde Palacio Nacional, y desde ahí, su elaborador --el Presidente Felipe Calderón--, pudo constatar que sus persecutores lopezobradoristas siguen ahí todavía, pidiéndole a gritos la renuncia.

 Aunque tal vez eso no le preocupe tanto ahora como el hecho de que, este mismo día, ha sido rebasado por la izquierda nada menos que por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que desde la Cámara de Diputados ha planteado al país y no a él una propuesta para enfrentar la emergencia económica que lleva, sin duda, el sabor de los cogobiernos.

De por sí era un informe mal visto por la oposición, incluido el PRI. Sus 10 puntos son tardíos, decían lo mismo en el Senado que en San Lázaro. Tenía que haberlos planteado desde hace tres años, remachaban.

En los territorios del Congreso de la Unión, petistas, perredistas habían coincidido en un cruce de caminos: el informe sólo abona la dictadura mediática, y arremete contra la función esencial del Poder Legislativo, que es la de servir de contrapeso.
 
Justo cuando Calderón salió con sus 10 puntos, para reactivar la economía del país, en San Lázaro un muy activo PRI ha presentado más de 40 propuestas “para enfrentar la emergencia e impulsar el crecimiento económico, el empleo y combatir la pobreza”. 

Uno de los 10 puntos de Calderón plantea una reforma a la reforma energética de 2008. El acuse de recibo fue casi inmediato. El coordinador parlamentario del PRI en el Senado de la República, Manlio Fabio Beltrones, dijo, refiriéndose a Calderón: 

“Si esa segunda etapa de la que está hablando, en reforma energética, significa privatización de Pemex, de una vez le decimos que ni la esté pensando. Que ya tiene suficientes instrumentos para modernizar a Pemex. Se los hemos dado con la autonomía de gestión y con contratos incentivados, que son suficientes para que la industria ya estuviera marchando mejor”.

Pero esto no fue nada, en comparación con lo que a Calderón le han salido los diputados federales del PRI. En aquel documento de más de cinco cuartillas, han planteado “al pueblo de México” una serie de propuestas bastante parecidas con las que, por cierto, salía en campaña el candidato presidencial de la izquierda en el 2006, Andrés Manuel López Obrador.

Claro, con sus matices y enfoques distintos, como el de comparar la caída del crédito de la banca de desarrollo con 1994 (de 80% bajó a 15%, actualmente), año en que todavía era presidente Carlos Salinas de Gortari.

El PRI ha advertido que se opondrá a la aplicación del IVA a alimentos y medicinas; ha dicho que propondrá exenciones fiscales a empresas que inviertan y generen empleos; planteará que se destinen recursos para empleo temporal, haciendo caminos, bordos, aguajes, desazolves, reparación y mantenimiento de escuelas, clínicas y vivienda. A las Pymes, trato de grandes empresarios.

Y han dicho los priistas que exentarán del IETU E ISR a pequeños contribuyentes y a los pequeños y micro empresarios.

Al Banco de México se le pedirá crear bonos que repatríen ahorros de mexicanos en el extranjero. Las Afores irán a invertir en inversión de alto impacto social. Planteará que se incrementen las cuotas de trabajadores y patrones para robustecer el ahorro para el retiro. La vivienda será vista como motor de desarrollo social y productivo.

Alentará fiscalmente a la industria automotriz; habrá fondos de garantías para reactivar el campo.

En materia energética, el PRI ha dicho que impulsará la explotación del gas asociado al carbón, “fuente de energía que hoy se arroja al ambiente y que pone en peligro la vida de los mineros”.

 Dicen los priistas que llevarán la banda ancha (internet) a todo el país a través de la fibra óptica de la CFE. Se promoverá el consumo de productos hechos en México y, en el caso de Pemex se revisarán resultados de la reforma energética aprobada, para mejorar eficiencia sin privatización.

Han dicho que exigirán al gobierno recortar a la alta burocracia y pedirán a los tres niveles de Gobierno someterse a un programa de austeridad, al que se invitará a los congresos estatales.

Tienen los priistas un apartado especial en materia de federalismo fiscal: eliminarán las aportaciones “paripassu” de los gobiernos locales; evitarán los subejercicios, estableciendo que los gobiernos locales y municipales realicen obras públicas federales mediante convenios con la Federación, dentro del primer semestre de cada ejercicio. Y promoverán sanciones administrativas y penales a cuanta autoridad prohíje subejercicios, y no los notifique.

Y cuando los hubiere, éstos ya no deberán ir a un fideicomiso, como actualmente dicta Hacienda en ese sentido, sino que los incorporen en el siguiente ejercicio a programas de inversión pública prioritaria.

El PRI, con sus propuestas, ha rebasado por la izquierda no sólo al partido en el Gobierno, sino al mismo PRD y PT. Veremos si éstos lo alcanzan en los días por venir. Y se verá si este rebase brutal del PRI sólo será apariencia, con miras al 2012, o realidad.

Reparto de comisiones

Ayer, en San Lázaro, los grupos parlamentarios se agruparon por primera vez en la Junta de Coordinación Política. El tema de la agenda: el inicio de la repartición de presidencias de las comisiones ordinarias de la Cámara de Diputados. Tendrán todo el mes de septiembre para el jaloneo.