Ramírez Acuña y la reforma

El ex gobernador de Jalisco y actual presidente de la muy desprestigiada Cámara de Diputados, Francisco Javier Ramírez Acuña, escribió un texto que se divulgó en este periódico, titulado “La reforma política”. Si él no es el autor directo, al menos debió leer y rubricar antes de dar el artículo a las prensas.

Pero en un acto de justicia y experiencia, como lo pueden corroborar varios periodistas que lo entrevistaron mientras vivió en Casa Jalisco, es certero acreditarle esas cuartillas porque en muchos renglones son tan confusas como lo es su estilo de hablar y argumentar.

Encima, los razonamientos expuestos nos llegan marcados por su sello autoritario. Se lee: “Una gran polémica existe con los plurinominales. Hay que recordar que la representación proporcional tuvo como origen dar espacio a los grupos políticos que difícilmente podían llegar a las cámaras. Hoy están representadas todas las expresiones políticas, inclusive, ha ocurrido que los partidos políticos abran la puerta a las candidaturas de ciudadanos que no están afiliados, pero que representan manifestaciones ciudadanas ajenas a los partidos. Por esta y otras razones, me he manifestado a favor de la desaparición de los plurinominales”.

A reserva de que el diputado Ramírez Acuña necesite traductor, abiertamente se pronuncia contra las candidaturas de esos ciudadanos que son ajenos a los partidos, aunque justo al inicio de su escrito, asegura: “Existe en el país coincidencia general en la necesidad de emprender una reforma política profunda, incluyente, en la que el ciudadano sea el eje central”.

No es ningún secreto que a la mayoría de los mexicanos que están representados por alguno de los 500 diputados federales, la opinión de éstos les importa verdaderamente poco o literalmente nada. Pero es también innegable que a final de cuentas, serán estos 500 señores —y señoras, que para eso tenemos ahí a figuras como Beatriz Paredes— quienes decidirán el tamaño y la trascendencia de la reforma política de marras.

En fin. Aunque el político de Jamay que, muy tenazmente, mantiene esperanzas de competir por la candidatura presidencial del PAN no haya pedido intérprete, interpreto yo que su escrito tiene como objetivo exhortar a los otros 499 diputados a tomarse en serio la reforma política y debatir con seriedad, incluso hasta permitiéndose pensar en el interés de “esos ciudadanos que no están afiliados” a ningún partido político, para modificar cuanto sea necesario en nuestro sistema político y determinar si habrá reelección, revocación de mandato, segunda vuelta electoral, desaparición de escaños en el Congreso... todo aquello que fortalezca nuestro sistema democrático.

O tal vez, su objetivo es la gente común, todos aquellos que alimentan el noble concepto aquel de “los cambios que el país reclama”. Seguramente. El presidente del Congreso —¡qué ingenua amnesia!— tiene permanente acceso a la tribuna para dirigirse a los legisladores del país.