Radios comunitarias: buenas nuevas

Tras décadas de resentir agresiones que han llegado hasta el asesinato de sus miembros; de recibir menosprecios de legisladores federales; de una y otra vez ser hostigadas por empresarios de radio y televisión; de ser calumniadas por funcionarios; de no ser objeto de interés ni de la mayoría de los estudiantes de comunicación, y de representar menos de uno por ciento de las radiodifusoras con licencia, porcentaje que contrasta con la cada vez mayor concentración de grupos radiofónicos en pocas familias, las radios comunitarias mexicanas por fin tuvieron dos buenas y recientes noticias.

Digo, algo es algo.

Primera noticia buena (claro, buena para quienes consideran importante que las comunidades ejerzan su derecho a la libertad de expresión y a la pluralidad informativa): en enero pasado la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) otorgó permiso a seis medios comunitarios de Puebla, Oaxaca, Nuevo León, Morelos y Estado de México. Se trata de radios que atienden las necesidades informativas de campesinos, trabajadores e indígenas. Con las otras 13 que operan ya, suman 19 en total en el país. Pocas, comparadas con las más de mil 500 privadas y estatales.

No obstante, hay que aclarar que si bien tendrán permiso para operar, les falta atravesar otro problema: la subsistencia económica y técnica. Las radios comunitarias en general subsisten con dificultades financieras, en comparación con el resto que suele tener mejores o mucho mejores condiciones de producción, instalaciones, créditos, apoyos publicitarios, respaldos gubernamentales, etcétera.

Segunda noticia buena: la radio comunitaria “La Voz de los Campesinos”, que desde hace 32 años transmite en la región de Huayacocotla, en el Norte de Veracruz, fue galardonada la semana pasada por el Premio UNESCO PIDC de Comunicación Rural, que le otorgará 20 mil dólares.

El jurado de la Mesa del PIDC (Programa Internacional para el Desarrollo de la Comunicación) de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) consideró que “La Voz de los Campesinos” es una emisora que “se esfuerza por promover un intercambio interactivo con las comunidades, con el fin de lograr que los oyentes intercambien sus historias, sus costumbres y su música por medio de las ondas”.

Además, señaló que la radio comunitaria de Huayacocotla “contribuye a promover los derechos colectivos de las comunidades indígenas de Veracruz”.

La estación es la primera radio comunitaria indígena de México. Sus programas se difunden en español y en tres lenguas indígenas (otomí, náhuatl y tepehuán), y cubre una audiencia potencial de 100 mil personas que viven en 400 pueblos y aldeas.