Lunes, 25 de Noviembre 2024
México | Alain Juppé es el nuevo canciller

Prensa francesa critica la gestión de Alliot-Marie

Analistas resaltan los errores de la ex funcionaria, entre los cuales destacan la manera en la que externó el apoyo a Florence Cassez

Por: NTX

La renuncia de la ahora ex canciller Michèle Alliot-Marie tiene lugar a 105 días de haber tomado el puesto. AP  /

La renuncia de la ahora ex canciller Michèle Alliot-Marie tiene lugar a 105 días de haber tomado el puesto. AP /

PARÍS, FRANCIA (28/FEB/2011).- Luego de la dimisión de la ahora ex canciller Michèle Alliot-Marie, analistas y columnistas de la prensa francesa consideraron “errónea” la gestión que la funcionaria realizó en el caso de Florece Cassez, ciudadana francesa condenada a 60 años de prisión en México por el delito de secuestro.

“Resulta difícil justificar (el cambio de canciller) por algo que no sean los errores de la ministra de Asuntos Exteriores”, estimó la columnista del diario “Liberation”, Laure Equy, ante el cambio de gabinete que anunció ayer el presidente francés Nicolas Sarkozy.

Entre otros movimientos, el jefe de Estado informó en un mensaje televisado el nombramiento como nuevo jefe de la diplomacia francesa a Alain Juppé, quien fungía como ministro de defensa.

La articulista consideró que uno de los errores que cometió la presidencia y la ex canciller fue provocar con su posición “la crisis diplomática con México por el caso de Florence Cassez”.

La postura de la ex canciller y la de toda la diplomacia francesa ante el caso judicial fue criticada la semana pasada por un grupo de 40 diplomáticos en un artículo de prensa, así como por un editorial del diario “Le Monde” y por políticos de todas las ideologías, incluso diputados del Gobierno.

Al conocerse ayer su dimisión, el veterano diputado europeo Francis Wurtz, recriminó a Alliot-Marie y a la presidencia francesa “haber intentado liberar a Florence Cassez al precio de una crisis diplomática mayor con México”.

La analista del diario económico “Les Echos” Caroline Derrien, señaló que el nuevo canciller francés Alain Juppé será el “nuevo hombre fuerte del Gobierno”, y que tendrá “una tarea muy difícil” en el caso Cassez y en otros asuntos internacionales.

“Se trata de volver a dar brillo a la diplomacia francesa, seriamente hundida por el estallido ininterrumpido de polémicas, entre el caso Cassez y las fallas en el tratamiento de la crisis de Túnez, Egipto y Libia”.

En opinión del diario “Le Monde”, “está por ver cómo Alain Juppé encarnará la función (de canciller), y si sabrá ser autónomo” del palacio presidencial del Elíseo, que controla la política exterior de Francia, incluso por encima de la cancillería.

Alliot-Marie dimitió a su cargo mediante una carta que envió al presidente Nicolas Sarkozy en la que subrayó que no había cometido ninguna “falta” grave durante su gestión.

TELÓN DE FONDO
En caída libre


Es complicado encontrar un área del Gobierno francés que no esté salpicada por el escándalo en los cuatro años de gestión de Nicolas Sarkozy.

Ante una oposición socialista dividida, Sarkozy y su grupo de trabajo consideraron que contaban con un amplio margen para implementar reformas urgentes para devolverle la competitividad a la economía francesa.

El fiasco principal fue la reforma jubilatoria que sumió al Elíseo en una de las crisis más profundas en los últimos años. Las ciudades se paralizaron, las universidades se levantaron, los sindicatos combatieron agresivamente, y la intelectualidad condenó ampliamente el proyecto juzgado como “neoliberal”, y opuesto a los valores de equidad defendidos por la sociedad francesa.

Sarkozy nunca tomó en cuenta que la debilidad de la izquierda partidista no implicaba un símil directo con la sociedad francesa que, en su mayoría, cree que las prestaciones sociales del Estado deben permanecer intactas.

Asimismo, la imagen que construyó Sarkozy de líder acelerado, aunque honesto, se desvaneció al mismo momento que se conocieron las entrañas de los apoyos económicos que dio Liliane Bettencourt a la Unión por un Movimiento Popular (UMP). Dicho escándalo cobró la cabeza del hasta ese tiempo el titular del Ministerio de Trabajo, Éric Woerth, acusado de utilizar su posición para promover intereses personales con la empresa de Bettencourt.

Si no fuera suficiente, hay que agregar los escándalos que explotaron en estos estos días y que relacionan a miembros muy cercanos al presidente.

En primer lugar, la situación que generó la hoy ex canciller, Michèle Alliot-Marie, por aceptar vacacionar en Túnez a cuenta del jefe de Estado ahora derrocado, Ben Alí. También se supo que los padres de la diplomática cerraron una transacción financiera con un empresario tunecino muy cercano al depuesto mandatario.

En segundo lugar, las revelaciones de que el primer ministro François Fillon pasó sus vacaciones de invierno en Egipto, con todos los gastos pagados por el también expulsado de la Presidencia, Hosni Mubarak.

En esa misma línea, la expulsión ilegal de miles de gitanos de Francia causó no sólo críticas desde la izquierda nacional y europea, sino además una condena generalizada de la Unión Europea (UE) debido a que el Gobierno galo violó la libertad de traslado, pilar básico para la construcción de las instituciones europeas.

El conflicto con el ex primer ministro, Dominique de Villepin, también marcó el curso de la gestión gala.

El presidente acusó a de Villepin, eterno rival dentro de las estructuras del partido, de una compleja manipulación política para frenar el avance de Nicolas Sarkozy. Esta realidad ha orillado a que de Villepin optara por abandonar la UMP y fundar un movimiento que pretende ser la plataforma que lo lleve al Eliseo en 2012.

Así, la posibilidad de reelección que busca Sarkozy en 2012 está en caída libre. Hoy la intención de voto oscila en 20% de las preferencias. Esto significa que Sarkozy está a sólo dos puntos del el Frente Nacional, de Marine Le Pen, hija del legendario líder derechista Jean Marie Le Pen.

Así, de continuar la tendencia, los socialistas podrían entrar al Elíseo en primera ronda.

Académica
La defensa a Florence es una promesa de campaña


Más allá de los debates estrictamente jurídicos sobre el caso Cassez, el diferendo diplomático entre México y Francia se ha tornado un asunto político.

Los detalles finos del proceso penal que derivó en la condena de Florence Cassez parecen haber quedado atrás para ceder su lugar a la encarnizada disputa diplomática de las últimas semanas.

La académica francesa Isabelle Rousseau, profesora-investigadora de El Colegio de México, sostiene que el asunto Cassez va más allá de una genuina pretensión del presidente francés por incrementar su popularidad.

“Esto es una visión muy simplista y no aclara ni explica nada”, abre señalando al responder una serie de preguntas enviadas por correo electrónico.

Para poner a prueba su hipótesis, Rousseau menciona dos evidencias: este conflicto entre los dos países empezó hace tiempo —mucho antes de la aguda crisis de popularidad que hoy enfrenta Sarkozy— y, además, el presidente no es el único político de alto nivel involucrado en la defensa de Cassez, sino que incluso cuenta con el apoyo de la oposición.

“Involucra a una gran parte de la clase política francesa. Martine Aubry —presidente del Partido Socialista Francés— y Bertrand Delanoe —alcalde de París—, para no citar más, han compartido públicamente esta visión. Más de 200 diputados de todos los partidos han conformado un grupo de apoyo a favor de Florence Cassez”, señala la doctora en sociología por la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París.

Rousseau considera que la razón para que Sarkozy defienda a Cassez es una  de sus promesas de campaña: defender los derechos humanos de todos los franceses.

“El caso Cassez vino a ser parte de este compromiso”, enfatiza la investigadora gala.

Sobre la vinculación entre el caso Cassez y los eventos culturales del Año de México en Francia, la socióloga destacó su negativa a que esto suceda.

“He firmado recientemente una carta de académicos franceses que pide al presidente Sarkozy reconsiderar su idea de dedicar el evento a Florence Cassez. Creo que no se deben mezclar dos asuntos de órdenes totalmente distintos”.

Sarkozy dijo que en todos los eventos culturales se hablaría del caso Cassez “para no olvidarla”, hecho que molestó al Gobierno mexicano, que canceló su participación al decir que no había condiciones de llevar a cabo los eventos. Aun así la ciudad de Rennes decidió celebrar el festival de cine en honor al Año de México, caso contrario al de Lyon y Toulouse, ciudades que cancelaron todos los eventos culturales.

La clase política
Nicolas Sarkozy

Presidente de Francia desde el 16 de mayo de 2007. Miembro del partido Unión por un Movimiento Popular (UMP), conservador, y del que fue presidente entre 2005 y 2007, al parejo que fungía como ministro del Interior. Ganó las elecciones de 2007 en segunda vuelta, venciendo a la socialista Ségolène Royal.

François Fillon

Primer ministro desde el arranque de la administración de Sarkozy. Militante, al igual que Sarkozy, de la UMP. Dimitió de su cargo el 13 de noviembre de 2010 para forzar la salida de todo su gabinete; fue reinstalado por Sarkozy un día después, con un gabinete distinto.

Martine Aubry

Lideresa del Partido Socialista francés. Además es alcaldesa de Lille, ciudad donde nació Florence Cassez. Fue ministra de Empleo y Solidaridad en el Gobierno de Lionel Jospin. Su aprobación ronda 38%, de las más altas actualmente. Es hija del ex presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors.

Bertrand Delanoë


Alcalde de París desde 2001. En 2008 fue reelecto para el cargo por una amplia mayoría de casi 58 por ciento. Milita en el Partido Socialista francés. En 1999, en un hecho sin precedentes en la política francesa, hizo pública su homosexualidad en una entrevista en la radio.

Michèle Alliot-Marie

Ex ministra de Asuntos Extranjeros y Europeos. Fue la primera mujer en ocupar esta cartera. Durante el Gobierno de Sarkozy también fue titular de dos ministerios: del Interior y de Justicia. Bajo la presidencia de Jacques Chirac fue la primera ministra de Defensa en la historia de Francia.

LAS CIFRAS
Números rojos


29% de los encuestados dijeron tener confianza en el presidente Nicolas Sarkozy; es decir, un número inferior a 32% que respondió en el mismo sentido en diciembre de 2009.

9% es la ventaja que le saca el primer ministro François Fillon, de la Unión por un Movimiento Popular (UMP) a Sarkozy,  en materia de confianza.

72% de los franceses desconfía que Sarkozy pueda solucionar los problemas de Francia.

83% indicó que los políticos se preocupan poco o nada por lo que le pasa a la gente común.

57% opinó que la democracia funciona no muy bien o nada bien.

FUENTE: "Barómetro de confianza política", al 31 de enero de 2011. Indicadores del Instituto de Estudios Políticos de París, y el Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS, en francés).

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