Lunes, 17 de Febrero 2025
México | LA SOPA POR IVABELLE ARROYO

¿Por qué lo hicieron?

Hay que decirlo con todas sus letras: es una idiotez cerrarle la puerta, con esos pobres argumentos, a una acción gubernamental cualquiera

Por: EL INFORMADOR

Ivabelle Arroyo.  /

Ivabelle Arroyo. /

Los tres alcaldes priistas de la zona metropolitana, ya lo leyó usted, ya lo escuchó, ya lo vio en todos los medios, rechazaron la segunda línea del Macrobús. Hay algunos insensatos que están brincando de gusto, pero es una tontería. Se pierde la oportunidad de utilizar recursos federales ya disponibles para un proyecto de movilidad. Pero digamos que eso, ante un bien mayor o ante la amenaza de un error mayúsculo, puede pasarse por alto. Para fines argumentales, digamos que los poco más de 900 millones de pesos son irrelevantes, que lo importante es hacer las cosas bien y que este Macrobús no es correcto.

Muy bien. Ahora veamos los principales argumentos en contra de la Línea 2, para ver por qué no es el correcto. Sin prejuicios, con ganas de que tengan razón. Primero: es un negocio. Segundo: la línea uno no funciona bien. Tercero: es una acción de gobierno con la firma de un grupo político específico. Cuarto: la gente no lo quiere. Cinco: el tren ligero es una mejor opción.

Lo que es incomprensible es cómo no se retuercen los alcaldes al estirar esta lógica hasta las últimas consecuencias. ¡Claro que es un negocio! Ése es el chiste del sistema BRT en el mundo: que puede ser operado en números negros en países con pocos recursos. Qué parte no han entendido de eso. ¿No funciona bien la línea? ¡Háganla funcionar! Una sola acción de gobierno municipal para mejorar la Línea 1 no ha habido hasta ahora. Una. Ahora, ¿tiene la firma del PAN? ¡Qué importa! Si funciona bien, lo capitalizarán en las elecciones, como en toda democracia. Pero, ¿pues no que es una porquería?

El cuarto argumento es más complejo. La gente no quiere Macrobús, dicen. Efectivamente, hay un sector que no lo quiere, que se ve afectado directamente y que está en su legítimo derecho de protestar. Básicamente se trata de transportistas y, en menor medida, pero también, de vecinos. Cualquier política pública se topa con este dilema y está en manos de los gobernantes negociar y atemperar los daños de una acción gubernamental. Cinco, y ya casi se acaba esto: el tren ligero es mejor opción. Hasta ahora, todos los organismos técnicos consultados por este diario, internacionales y nacionales, han optado por el Macrobús. Todos, sin excepción. No he leído ni un solo diagnóstico técnico en contra (por favor, si tienen alguno, háganmelo llegar).

Hay que decirlo con todas sus letras: es una idiotez cerrarle la puerta, con esos pobres argumentos, a una acción gubernamental cualquiera, pero más a ésta que es urgente. Si hay tren ligero (si es que hay), habrá que esperar cinco años y volver a pasar por todo esto: oposición de un sector de transportistas y de vecinos afectados, críticas al tren ligero existente, envidias por la firma que lleve y alarma por el dinero que requiera. Es infinito… ¿Por qué lo hicieron? Por favor, retráctense.

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