Domingo, 24 de Noviembre 2024
México | BUCARELI POR JACOBO ZABLUDOVSKY

¿Por qué la crítica?

Pasaron 40 años hasta la semana pasada en que un amigo me envió la fotostática de la conversación que había olvidado y mantiene la fuerza y claridad características de Paz, tanto como su actualidad

Por: EL INFORMADOR

Jacobo Zabludovsky.  /

Jacobo Zabludovsky. /

Cuatro décadas después de preguntarle a Paz si la tv cumplía su función social, sus declaraciones parecen de hoy para calificar el periodismo de opinión actual

“El pensamiento moderno es crítico”, me dijo Octavio Paz en una entrevista publicada en Siempre en abril de 1971.

Pasaron 40 años hasta la semana pasada en que un amigo me envió la fotostática de la conversación que había olvidado y mantiene la fuerza y claridad características de Paz, tanto como su actualidad. Las declaraciones parecen hechas hoy para calificar el periodismo de opinión actual y su misión en el México contemporáneo.

“El pensamiento moderno desde el siglo XVIII ha sido crítico y la palabra crítica figura constantemente en el vocabulario de los filósofos, de los hombres de ciencia y de los artistas de los siglos XIX y XX. Una de las obras que inauguran el mundo moderno, la más importante de Kant, se llama justamente Crítica de la razón pura. Nuestro arte ha sido crítico de Goya a Picasso, de Balzac a Joyce. Los poetas han sido críticos de Baudelaire a Pound, y la ciencia ha sido también crítica, a veces sin proponérselo. Por ejemplo, en su época el evolucionismo de Darwin fue considerado una teoría inmoral, subversiva, como más tarde el sicoanálisis de Freud y, claro, en la Rusia de Stalin la genética fue denunciada como idealista y burguesa”, dijo Paz.

“Los escritores que quieran ser útiles, su verdadero gesto debe ser fuera del Estado, como conciencia crítica de su pueblo o, por lo menos, como su propio yo individual. Tampoco soy partidario de que los intelectuales, sobre todo los escritores, los poetas, los artistas, formen parte de partidos políticos. Con esto no quiero decir que los escritores no deban tener opiniones políticas; al contrario, un escritor, puesto que es un ser social, un ser que vive en el mundo moderno, debe tener opiniones y convicciones políticas, pero si pertenece a un partido político hay el peligro de que, incluso sin darse cuenta, ponga su arte o su pensamiento al servicio de las necesidades del momento”.

He omitido mis preguntas para ajustarme al espacio de este Bucareli. Octavio respondía: “Yo siempre estuve en contra del realismo socialista; me parecía que ninguna burocracia, menos la burocracia del partido comunista, podía convertirse en legisladora en materia de estética. Una de mis dificultades hace muchos años con Neruda, poeta al que admiro, consistió precisamente en este problema de la libertad del arte. Yo creo profundamente en la libertad de los artistas”.

Era la época en que Octavio Paz colaboraba en el noticiero 24 Horas, de Televisa. Le pregunté si la televisión cumplía su función social: “Como escritor es una de las cosas que más me preocupan. Quizá sea bueno que me refiera un poco más al problema.

En este momento México trata, aspira a tener una vida democrática mejor, más plena, más libre y esto implica un cambio… Es necesario devolverle al pueblo de México lo que las burocracias le han usurpado…

En lo que se refiere a los medios de comunicación, me parece que es necesario desaparecer la uniformidad y el conformismo; es necesario introducir la crítica lo mismo en la prensa diaria que en la televisión, en la radio. La prensa mexicana, con contadas excepciones, no cumple su deber, no cumple su misión de informar críticamente a la gente. Por lo que se refiere a la radio y la televisión, la situación es quizá peor. La televisión en México ha sido un instrumento comercial que ha tenido como objeto divertir al pueblo, y cuando digo divertir exagero, porque más que divertir se ha encargado de adormecerlo, de hipnotizarlo. A mi juicio el radio y la televisión no tienen por misión adormecer, sino despertar las conciencias… es necesario que haya diálogo, la voz de México no es una voz, son muchas voces… es necesario que en la radio y la televisión oigamos esta pluralidad de voces; así podremos conocernos y reconocernos en otros mexicanos”.

Cuatro décadas después las palabras de Paz suenan a repique reciente. Su opinión mantiene su valor aumentado por la prueba del tiempo, agravado y agraviado por una concentración de medios que entonces era un reflejo del monopolio de todos los poderes en un solo partido político, pero que hoy, cuando México se ha abierto a la democracia y a la posibilidad de ejercer mayor libertad, no se entiende más que como resultado de la colusión de intereses que no son los de la mayoría de los mexicanos.

“La aspiración histórica del movimiento estudiantil de 1968 fue la aspiración hacia la democracia. La palabra clave era democratización y correspondía a lo que quería y quiere el pueblo de México. En 1971 la palabra clave es crítica”, dijo Paz.

Cuarenta años más tarde, sigue siendo. La diferencia es que en aquel entonces era difícil ejercer la crítica. Hoy no la practica el que no quiere, no puede o no le conviene.
Paz presente.

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