Miércoles, 27 de Noviembre 2024
México | EN TRES PATADAS POR DIEGO PETERSEN FARAH

¿Por las balas hablará el espíritu?

Pocas cosas pueden impresionar tanto como la muerte de un bebé de ocho meses en medio de una balacera

Por: EL INFORMADOR

Diego Petersen Farah.  /

Diego Petersen Farah. /

Pocas cosas pueden impresionar tanto como la muerte de un bebé de ocho meses en medio de una balacera. No hay muerte más inútil ni víctima más inocente.

La pregunta obligada y recurrente cuando suceden este tipo de casos, es si tiene sentido esta guerra contra el narco y si ésa es la estrategia correcta. Las preguntas son absolutamente válidas, el problema es cómo las contestamos.

La respuesta más socorrida, que es moralmente válida y políticamente correcta, es que no hay guerra que justifique la muerte de inocentes: un bebé vale más que mil sicarios.

No hay quien no firme esta declaración, el problema es que no nos lleva a ningún lado, salvo al inmovilismo y al ¡qué barbaridad! Éste fue, justamente, uno de los motivos que llevó al Estado a la renuncia del uso legítimo de la fuerza y que derivó en la pérdida de control de una parte importante del territorio en Michoacán, Tamaulipas y Chihuahua, principalmente.

El concepto de daños colaterales es tan macabro y tan cínico, que a estas alturas nadie se atreve a plantearlo, pero está implícito en el discurso gubernamental.

Es evidente que la estrategia de guerra conlleva daños que no son previsibles y que en su mayoría vienen de un problema de operación que nunca está en el presupuesto.

Pero si hay algo seguro, es que habrá errores y situaciones inesperadas y ésas son las que provocan los famosos daños colaterales. Es una ruleta rusa nacional en la que estamos inmersos todos los mexicanos. Eso es lo que provoca el miedo.

No podemos quedarnos en la misma discusión absurda, en la que llevamos cuatro años, de si la estrategia de Calderón es incorrecta o si los que se oponen a la estrategia de Calderón no proponen alternativas.

Vamos a suponer que ambos tienen razón o que ninguno la tiene, da igual.  La pregunta es cómo replanteamos una estrategia de Estado que 1) implique a todos los poderes y a todos los niveles de Gobierno; 2) que tenga el componente de fuerza necesaria, porque el Estado tiene que usar la fuerza para defendernos a la mayoría de las minorías que se han abrogado el derecho del uso de la fuerza y el cobro de derecho de piso, y 3) que tenga el componente cultura que permita ganar la guerra simbólica, que no se gana a balazos ni retirando los narcocorridos de la radio, sino dándole certeza de futuro a los jóvenes y sentido a la construcción del tejido social.

La violencia se ha convertido en lenguaje, y ésa ha sido la peor de las derrotas del Gobierno de Calderón y la mayor tragedia de este país.

Ya no se trata de quién va ganando (asunto que nunca ha quedado claro), sino de cuál es el discurso que se está imponiendo, y ése es el de las balas.

¿Por las balas hablará el espíritu?

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones