Por cuál camino, señor Presidente

Sin incurrir en comparaciones, el referente es de hace medio siglo, cuando el dirigente empresarial Juan Sánchez Navarro solicitó definición al presidente Adolfo López Mateos. La ocasión es actual con la prevista concurrencia del Presidente Felipe Calderón Hinojosa a la toma de posesión del Consejo Directivo electo de la Cámara Nacional de Comercio Servicios y Turismo de Guadalajara.

Deliberadamente es prescindible el término “Protesta” para evitar su connotación a los acontecimientos de desagrado por la muerte de personas, desligadas o no a los actos criminales en el país, que desde todo ángulo ensombrecen el ánimo y preocupan severamente, por la vecindad en tiempo de un aguerrido proceso electoral en franca ebullición. En paralelo, los cambios de personas en responsabilidades clave de la Administración, con tal proximidad, aumentan la inquietud y evidencian el desacierto en cuento a la selección previa.

Culpables pueden ser los hombres y mujeres que delinquen por circunstancias concurrentes: cultura y hasta vocación, pero la responsabilidad es de la sociedad y con ella de quienes han asumido el cargo de gobierno porque escapó la previsión sobre un entorno nacional y global que ha rebasado capacidades de solución inmediata.

El desagrado, de manifiesto en muchas ciudades de México, alcanzó réplicas en otras del extranjero con análogos reclamos albergando al virus de la inconformidad hacia otros ángulos de insatisfacción potencialmente convertible en abierta rebeldía en contra de instituciones, responsables iniciales del orden público.

La concurrencia del Jefe del Poder Ejecutivo Federal al foro de mayor trascendencia y respeto como institución empresarial, la Cámara de Comercio con sus 123 años de existencia de activa aportación a la sociedad del Occidente de México, es digna de aprecio y oportunidad para ponderar los términos y aprovechamiento de esta reunión con el lanzamiento de medidas efectivas contra la inseguridad que prevalece en el territorio nacional.

La pregunta ineludible al servidor público es fondo de un problema agravado por la impunidad, que exige ruptura de contemplaciones nidal de corrupción. Por su parte, la Cámara tiene la responsabilidad de un activo social, que con prudente audacia ha desempeñado el cumplimiento a la razón de servicio y concurrente desarrollo de la comunidad.

Coincidiendo en objetivos apegados a prioridades, la forma es la coordinación de capacidades, voluntad y esfuerzo efectivo a lograr la paz social que propicie el desarrollo en todos los órdenes de la sociedad. La presencia de la autoridad máxima de gobierno es la coyuntura idónea para la emergencia de la decantada coordinación, pero bajo un régimen estricto y programático de cumplimiento a la responsabilidad de restablecer la paz.

Dios nos guarde de la discordia.