‘‘Politiquería’’

Desde hace tiempo vengo escuchando cada tres años la vox populi que sube de tono para decir que la que se va “ha sido la peor legislatura” de Jalisco. Por distintas razones, los integrantes de varias de ellas se han ganado a pulso el repudio popular, porque no han logrado, de un tiempo para acá, mantener en el sigilo toda la serie de maniobras, triquiñuelas, negociaciones oscuras, disposición de recursos y más acciones irresponsables que los ponen en la mira ciudadana.

El lamentable espectáculo que se vivió a lo largo de la semana postrera de la LVIII Legislatura de Jalisco que ya se va, y los trompicones que sufrieron los grupos parlamentarios que llegan a la LIX, confirman que los diputados salientes quedaron pequeños para los retos y las responsabilidades que les tocaban, y que los entrantes ya se están viendo las caras con más ánimos de confrontar que de construir.

No la tienen fácil los coordinadores de los grupos parlamentarios de los partidos Acción Nacional (PAN) y Revolucionario Institucional (PRI), Abraham González Uyeda y Roberto Marrufo, respectivamente. El primero ha ofrecido echar mano de sus mejores artes de negociador para mantener una fracción panista unida y sacar, en lo posible, iniciativas que favorezcan a su partido como Gobierno, lo que implicaría un duro ejercicio de discusión y acuerdos con el gobernador Emilio González y sus operadores políticos; todos, aunque digan lo contrario, tienen la mira puesta en la elección de 2012.

En el caso del segundo, ya lo comentábamos en una columna anterior, seguramente deberá tocar base con mucha frecuencia en las oficinas de su presidente estatal, Rafael González Pimienta, quien no se come fácil las fintas, ni es muy dado a darles la suave a los militantes (así sean legisladores o alcaldes) cuando hacen berrinches. Los diputados priistas serán viajeros frecuentes de la sede del Congreso en Hidalgo al edificio del PRI en Calzada del Campesino.

Metidos en la rebatinga por las comisiones legislativas y las plazas, los nuevos diputados, con una ayudadita de los salientes, se enfrascaron en un triste espectáculo que impidió la instalación en términos estrictamente legales de la LIX Legislatura. Los opositores (PRI-Panal, PRD y PV), que ahora tendrán la sartén por el mango, acusaron al gobernador de estar detrás de las maniobras y se cobraron con la integración de la primera Mesa Directiva que preside el perredista Raúl Vargas, lo que augura pleito. Emilio les mandó decir que se dejaran de “politiquerías”.

Ahora los coordinadores deberán primero estabilizar sus respectivos barcos, y trabajar con seriedad en el tema de las alianzas para sacar mejores leyes y no sólo para negociar posiciones, empleos y recursos. Ya veremos si la nueva legislatura al menos sale presentable ante la sociedad.