Política y juventud

Uno de los principales deberes del Gobierno en todas las partes del mundo, pero con mayor énfasis en México, a partir de las luchas revolucionarias de 1910, plasmadas en sus ideales dentro de la Constitución de 1917, es el de educar a la niñez y a los jóvenes.

La educación es un proceso social complejo, que comprende varias cuestiones y factores como lo es el desarrollo armónico e integral de las personas, que es un todo equilibrado.

El ser humano comprende, para su armonía, una serie de aspectos que deben ser cultivados, como lo es el aspecto físico, el cerebral y la cuestión de los sentimientos, las percepciones y demás elementos cualitativos o humanos.

Así, la Constitución de México señala que se protegerá a la familia, la cual se integra por hijos y padres; en relación a las personas, se les debe proporcionar salud, para lo cual se requiere una alimentación de calidad, que debe ser a base de frutas, verduras, carne, huevo, lácteos, pescados o fósforo, cereales y demás elementos que requiere el cuerpo humano.

Hace algunos años existían los desayunos escolares y la “canasta básica”, en ambos, se pretendía que la población escolar y la del país, tuviesen los nutrientes básicos e indispensables, lo cual nunca se ha logrado en la nación.

Entonces, a partir del alimento que le permita a los educandos y a los jóvenes desarrollar su cuerpo y neuronas comienza el proceso enseñanza-aprendizaje, el cual requiere del binomio familia y escuela, donde el papel de los padres de familia, así como de los profesores y autoridades educativas es vital y que se requiere de un trabajo en equipo.

Al hilo de lo anterior, nuestra Constitución de la República, expresa que la niñez tiene derecho a la satisfacción de sus necesidades básicas, como lo es la alimentación, la salud, educación y el sano esparcimiento para su desarrollo integral; dicha obligación es para los padres de familia, el Estado y la sociedad, es decir, para todos, la educación es una tarea, un trabajo de todos, somos corresponsables.

Por lo anterior, es una irresponsabilidad señalar que existen jóvenes “ninis”, incluso, término que ni siquiera es nuestro, hasta eso se copia del extranjero y mal; se dice que existen millones de jóvenes en México que “ni” estudian “ni” trabajan, por eso se les denomina, en forma peyorativa así.

Lo anterior, me parece muy injusto, en virtud a que si existen millones de jóvenes que no estudian y no trabajan, es una gravísima irresponsabilidad de los padres de familia, del Estado y de la sociedad en general, porque no estamos actuando como “socios”, ya que cada quien “reza para su Santo”, somos individualistas y no actuamos en comunidad ni en sociedad, lo cual requiere de una educación.

En este sentido significa que el sistema capitalista que se forma en las mentes de la niñez y de la juventud, de primero yo, luego yo y siempre yo; está imperando y está haciendo estragos en nuestro país, ya que tenemos una “sociedad” dividida por miles de causas y la cual no se integra, cuando existen más causas para unirnos, integrarnos e identificarnos y entre todos solucionar nuestras necesidades y problemas que seguir peleándonos y dividiéndonos entre nosotros.

Hace algunos días, el Instituto Municipal de la Juventud de Guadalajara, realizó la VI Edición de Expo Joven en las instalaciones de la Expo–Guadalajara y tuvimos el privilegio de participar con una exposición en torno a “Juventud y Democracia”.

En las dos últimas elecciones federales, votaron 41 y 34 millones de ciudadanos, de los cuales, cerca de 35% fueron votos de jóvenes; según el Inegi, conforme a los resultados del Censo 2010, somos aproximadamente 108 millones de mexicanos, de los cuales, 60% son menores de 30 años, lo cual significa que somos un país joven y de jóvenes.

De aquí la importancia de que nos integremos con los jóvenes como un gran equipo social desde los niños y desarrollemos su educación, su salud física y mental, su talento artístico y deportivo y demás aspectos que los jóvenes requieren.

Por tanto, la tarea de dotar a la juventud de educación, trabajo y demás condiciones sociales para su desarrollo nos competen a todos como sociedad, la cual debe trabajar como un gran equipo.