Platiquemos con nuestros hijos

Estamos terminando abril, mes que se celebra el día del niño, y quisiera abordar otro tema que afecta la seguridad de nuestros pequeños. En una de mis columnas de días pasados, le presente el decálogo de niñ@ seguro, y en su punto número tres, comenté la importancia de que los padres conversen con sus hijos sobre las diferentes amenazas que enfrentan.

La seguridad de nuestros seres queridos es lo más importante en la vida y cuando se tiene niños con más razón, pues ellos en lo particular, resultan un blanco fácil para personas que se aprovechan de su inocencia para abusar de ellos o hacerles daño. El problema es, que el peligro puede estar más cerca de lo que imaginamos.

¿Cuántos padres no les hemos dicho a nuestros hijos que no hablen y que desconfíen de los extraños? Y aunque es una recomendación sana, la realidad de las cifras nos señala que la mayoría de los ataques y abusos que sufren los menores de edad son en manos de una persona conocida del menor. Sabía usted que ocho de cada 10 denuncias de abuso sexual ocurren por una persona cercana al niño, generalmente un familiar.

Debemos de estar conscientes que el problema del abuso sexual es un problema que generalmente proviene de la familia, normalmente es alguien cercano a nosotros, alguien encantador por quien meteríamos las manos al fuego. Los abusadores de los niños son amigos, familiares, tíos, primos, por lo que tener que enfrentar esta realidad es muy duro.

¿Cómo debemos enseñar a los niños y a las niñas a identificar comportamientos que no deben de aceptar? Una recomendación que hacen los especialistas es no dar información de más pero si hablar de cuatro cosas que en lo general no se valen, que son: golpear, insultar, obligar y enseñar o tocar genitales.

¿Cómo hablamos de un tema tan delicado con nuestros propios hijos? Una primer recomendación es olvidarnos de nuestra mente adulta, porque cuando tú le vas a hablar de genitales el niño no lo razonará con malicia o con morbo, para él es otra parte de su cuerpo como su nariz, su pelo o un pie. Un aspecto fundamental de todo niño víctima de abuso es que reciba ayuda psicológica de los especialistas.

Una segunda sugerencia de varios expertos que participaron en Seguridad Total es que cuando un niño tenga una pregunta o una inquietud, no le des información de más con la que tenga que ver con su edad, debemos explicar las situaciones y aclarar sus dudas en su propio contexto, darle la información es importante sobre todo si la está preguntando, pero tampoco darle de más.  

Una última reflexión. Los niños aprenden de sus padres y de los adultos que los rodean.  Si sabemos cuidarnos y hacer que nos respeten los demás, ellos también lo harán. Si somos claros en lo que está o no está permitido, ellos también seguirán nuestros pasos. Si les hacemos sentirse en confianza, cualquier problema que tengan nos lo contarán y podremos evitar que abusen de ellos. Tan sencillo como eso.