GUADALAJARA, JALISCO (20/SEP/2017).- Alzando los puños, rescatistas en la Ciudad de México piden silencio con el fin de poder escuchar a las personas atrapadas bajo escombros luego del sismo de 7.1 grados Richter que sacudió el centro del país este martes.Desde la tarde del martes, las personas que trabajan en el rescate de sobrevivientes hacen señales para llamar a la calma, con la esperanza de que algún ruido que indicara que había alguien con vida entre las ruinas.En medio del llanto y los gritos de los presentes, los rescatistas también han tenido que lidiar con ruidos externos, en especial el de los helicópteros que ha impedido que se puedan escuchar voces o cualquier sonido proveniente de los escombros.Mientras se excavaba y retiraban escombros en botes de plástico que son pasados de mano en mano, un topo se internaba en un boquete en busca de sobrevivientes. Cuando lo conseguía, el silencio se rompía entre vivas y aplausos.Gran parte de la ciudad no descansó. En las calles circulaban numerosas camionetas de carga trasladando agua, alimentos, medicinas y otros artículos, mientras que en otras se observaban a socorristas equipados con palas y picos.En parques públicos de la zona Roma-Condesa se instalaron campamentos en donde se reunía ayuda para rescatistas y damnificados.Numerosas personas durmieron en la calle sobre cobijas o dentro de tiendas de campaña.Esta mañana, miles de voluntarios, rescatistas, marinos y militares han aumentado y pese al cansancio, la búsqueda de personas sigue entre los escombros de dos edificios de la Colonia Roma e Hipódromo Condesa, respectivamente.En la esquina que hacen las calles Ámsterdam y Laredo, el sismo de 7.1 grados Richter desplazó el edificio de ocho niveles hasta colapsarlo; el conserje del lugar, calcula que había cerca de 10 personas cuando la tierra se cimbró.Las labores de rescate lograron sacar a tres personas, entre ellas una niña de tres años; siete más aún son buscadas entre gigantescos trozos de concreto que se resisten a ceder a pesar de que se han reforzado los trabajos.La noche y la madrugada alcanzaron para localizar un cuerpo más. Aunque los perros sabuesos del Ejército Mexicano ladraron en cuatro ocasiones, no ha sido posible ver el rostro de alguna de las víctimas aún sepultadas en esa escena de terror.En la misma zona de la Ciudad de México, pero en la Colonia Roma, la estructura de otro inmueble ubicado en la esquina de las calles San Luis y Medellín de tres pisos acabó con la vida de dos personas; una más fue rescatada y, otra todavía es buscada por los heroicos rescatistas.Los aplausos retumbaron varias de las oscuras cuadras a la redonda, cuando por la tarde se logró sacar en camilla y con vida a una de las víctimas, pero se guardó silencio toda la noche, al no aparecer un oficinista que quedó atrapado en lo que quedó del segundo nivel, techado por cierto de concreto, polvo y acero.Las clases en la capital y en los estados afectados fueron suspendidas hasta nuevo aviso mientras que empresas y oficinas públicas trabajarán con el personal esencial.El Presidente Enrique Peña Nieto mandó un mensaje en la madrugada exhortando a conservar la calma."En la medida de lo posible, la población deberá permanecer en sus hogares siempre que sean seguros y evitar congestionar las calles por donde deben transitar los vehículos de emergencia", dijo.México se ubica entre cinco placas tectónicas cuyos movimientos lo convierten entre los países con mayor actividad sísmica en el mundo.El pasado 7 de septiembre, un terremoto de 8.1, el más fuerte en un siglo en México, causó 96 muertos y más de 200 heridos en el sur del país, especialmente en los estados de Oaxaca y de Chiapas.