Jueves, 17 de Octubre 2024
México | Su despido generó varias movilizaciones entre colegas de la preiodista

Periodistas en contra de presiones a prensa por el caso Aristegui

El despido de Aristegui generó varias movilizaciones entre periodistas que levantaron la voz sobre la libertad de expresión en México y la influencia que tiene el Gobierno en los medios de comunicación

Por: AFP

Periodistas manifestaron con  fotos que muestran a Aristegui con la mano en la boca. AFP  /

Periodistas manifestaron con fotos que muestran a Aristegui con la mano en la boca. AFP /

CIUDAD DE MÉXICO (10/FEB/2011).- El despido de la influyente periodista Carmen  Aristegui de una radio por un comentario sobre el presunto alcoholismo del Presidente Felipe Calderón, desnuda que los medios de México afrontan presiones que no sólo provienen del narcotráfico, dicen analistas.

La presidencia mexicana negó el miércoles haber influido para que la radio MVS cesara a Aristegui, como afirmó ella, y a través del secretario privado presidencial rechazó igualmente lo que llamó "infundios" sobre la salud del  mandatario.

Aristegui, también presentadora de un programa de CNN en español, sostiene que MVS le exigió disculparse por un comentario que formuló al aire hace una  semana, después de que un grupo de congresistas colgó una pancarta en la que  sugiere que el presidente es alcohólico.

El letrero decía "¿Tú dejarías a un borracho conducir tu auto? No, ¿verdad?  ¿Y por qué lo dejas conducir al país?".

"La sociedad mexicana tiene derecho a saber con certeza, sin ofensas, sin caricaturizaciones, sobre las condiciones de salud de quien ha tomado y seguirá  tomando todos los días decisiones gravísimas que impactan al destino de una  nación", señaló en una declaración leída a la prensa.

La periodista insinuó que MVS se vio presionada a despedirla para no arriesgar sus intereses en concesiones de telecomunicaciones.

La presidencia replicó subrayando en un comunicado que las decisiones de  las concesiones "se toman con total transparencia y estricto apego a la ley" y  luego entregó un pormenorizado recuento de mil 779 actividades oficiales que  Calderón cumplió en 2010 (incluyendo 108 giras nacionales y 17 al extranjero)  que dijo son muestra "de su fortaleza física y de su entereza".

El debate no pasa desapercibido en un país considerado de los más  peligrosos para ejecer la prensa, con 12 asesinatos de periodistas, varios  desaparecidos  y las llamadas amenazantes a las salas de redacción.

"Lo realmente preocupante en el fondo de este caso son los riesgos que corre la libertad de expresión en México", advierte Rocío Culebro de la ONG Instituto Mexicano de Derechos Humanos.

El despido de Aristegui generó varias movilizaciones. Un grupo de  congresistas y del Frente Nacional de Periodistas por la Libertad de Expresión  sellaron la entrada de la emisora con letreros de "Cerrado por censura".

Unas 300 personas, en su mayoría periodistas, manifestaron el miércoles con  fotos que muestran a Aristegui con la mano en la boca. La página web de MVS  quedó fuera de servicio por algunas horas, tras un ataque de hackers.

El historiador Lorenzo Meyer, columnista de prensa y profesor de Ciencia  Política en el prestigioso Colegio de México, cree que el caso Aristegui  retrocede el debate sobre la libertad de expresión en México a épocas que se  pensaban superadas, cuando el Partido Revolucionario Institucional, que gobernó  el país por 71 años hasta 2000, ejercía un poder casi hegemónico.

Es una muestra que "aún vivimos en el régimen pasado y antepasado cuando se  consideraba un acto de lesa majestad cuestionar a un presidente priista",  comentó.

Martha Anaya, periodista de amplia trayectoria que fue directora de  información, columnista y jefe de las páginas políticas en tres de los más importantes diarios mexicanos, coincide en que hay cierto olor al pasado en lo sucedido.

"La relación de periodistas y el poder político no ha cambiado gran cosa y el tema central siguen siendo las concesiones que puede realizar a discreción  el ejecutivo", sostiene.

Los periodistas en tanto "siguen estando desprotegidos: no tienen las protección mínima y salen a la calle a cubrir en un ambiente de guerra. Están  desprotegidos ante sus empresas, ante la delincuencia y ante el poder", apunta.

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