Peor que todos y ¡qué vergüenza!

Sonaba como el primer movimiento de una sinfonía extraordinaria.

Esta semana se reunieron con el gobernador del Estado los presidentes municipales de Tlaquepaque, Tlajomulco y Zapopan para definir una estrategia conjunta de movilidad en la Zona Metropolitana de Guadalajara, denominada SITI (Sistema Integral de Transporte Intermodal).

El simple acuerdo ya era música para los oídos después de la guerra de declaraciones que se desató con el rechazo de la Línea 2 del Macrobús.

Y más tarde, el viaje a México para gestionar dos mil millones de pesos en la Cámara de Diputados abría una ventana de esperanza de que, por fin, empezaran a caminar las cosas a favor del transporte público y masivo en la capital del Estado.

Ojalá que el presunto intento de boicot de la reunión urdido por Aristóteles Sandoval no fructifique en más bloqueos; ojalá que la postura de la diputada María Esther Scherman tampoco prospere, ésa de la que dieron cuenta notas y comentarios sobre el encuentro en la Ciudad de México: que los presidentes municipales de Tlaquepaque y Zapopan no perdieran “la oportunidad histórica” de salirse de los acuerdos con el gobernador.

Ojalá que el desencuentro entre los alcaldes de Zapopan y de Guadalajara, que casi llega a los golpes, no deteriore más una relación que, de ser armónica, podría significar coincidencias y trabajo conjunto a favor de los habitantes de ambos municipios y de la zona conurbada en su conjunto.

Ojalá, a pesar de que llegaron tarde y hay poco dinero, los diputados puedan destinar más recursos a Jalisco para proyectos de movilidad urbana y sustentable.

En eso queda todo, en deseos, porque, lo cierto, es que ya no hay tal primer movimiento extraordinario. Como siempre, otra más que se nos va por la falta de acuerdos oportunos y generosos, con visión de futuro, altura de miras y conciencia social.

No llega ni a sinfonía inconclusa; en verdad dudo que con tan poco margen de maniobra se logre algo en el corto plazo.

No se necesitan los malos deseos de la diputada Scherman; de cualquier manera, todos, los alcaldes y el gobernador, efectivamente perdieron una oportunidad histórica de trabajar con altas probabilidades de éxito por el transporte de primer nivel que necesita y merece Guadalajara.

Hasta vergüenza da saber que cuando los jaliscienses llegaron a la Cámara baja ya estaban en lista de espera 20 mil 500 solicitudes de recursos por un total de 700 mil millones de pesos. Solicitudes, por supuesto, presentadas a tiempo y con proyectos bien definidos; de municipios y estados en donde sí caminan las cosas

Vergüenza también, el intento de boicot; el conato de pleito entre Vielma y Sandoval y hasta los comentarios fuera de lugar de la diputada jalisciense Sherman, con respecto al atuendo del alcalde de Tlaquepaque.

La descomposición de la clase política es generalizada, pero cada vez me convenzo más de que en Jalisco estamos peor que en ningún lado.