Miércoles, 27 de Noviembre 2024
México | ESE OTRO QUE SOY YO POR ALEJANDRO PÁEZ VARELA

Para los que no pueden celebrar Navidad

¿Quién quiere una masacre en su sala, en su comedor? No puedo sino apenarme por tantas familias

Por: EL INFORMADOR

Esta Navidad me quedaré en el Distrito Federal (DF) por varias razones. Una de ellas es que me reorganizo; me gustan las últimas semanas del fin de año para sacar pendientes; pocos correos, pocas llamadas, calles vacías, algo de silencio. Durante un largo periodo renté mi vida amueblada y ahora me dispongo a habitarla; requiere composturas mayores; pues en eso me entretengo, por ejemplo.

Por otro lado, la verdad es que no me siento con ánimos para pasar por mi ciudad, por Juárez, como he acostumbrado en estos años para estas fechas. La última vez que puse un pie regresé con una enorme depresión; fue hace unos meses. No es fácil soportar el trauma de ver tu hogar en ruinas. Aunque una parte de mis amigos y mi familia está en el exilio, otra sigue allí. Es muy doloroso verlos navegar en ese mar de desolación. Así pues, no insisto más: me quedo en el DF. Tengo una oferta generosa para la Nochebuena. No celebro; escapo de los festejos (religiosos, cívicos o militares); pero me parece que será una buena opción. La casa que me asila tiene perros, así que me separaré de Simone y Niño sólo por ese día.

Lo siento por los que no tienen opciones, como yo. Los que deben encerrarse en sus casas porque el Estado no puede darles siquiera una noche de paz para reunirse, celebrar, recordar, tomarse unas cheves. En varias ciudades del Norte de México no se recordó el Bicentenario, como usted sabe; las autoridades suspendieron desfiles, el Grito, etc. Tampoco se celebrará la Nochebuena aunque lo permitan las autoridades: ¿Quién quiere una masacre en su sala, en su comedor? No puedo sino apenarme por tantas familias. Espero que pronto termine esta pesadilla.

Cuando las calles estén limpias de armas y sangre deberemos hacer varias revisiones. Es un deber frente a la historia, y principalmente frente a los muertos inocentes. Debe revisarse el cómo se tomó la decisión de ir a la guerra; quiénes, por qué. De eso hay mucho y se ata, desgraciadamente, a la agenda política: a quién llegue a Los Pinos en 2012. En otro nivel, incluso en la academia, deberemos revisar el modelo de desarrollo que se vendió para el Norte del país y arrojó a los jóvenes a los brazos del narcotráfico y provocó fenómenos tristísimos, como los feminicidios.

Usted que puede disfrute. Y cuando celebre, cierre los ojos un instante y dedíquele un pensamiento a los que no celebrarán. Dedíquelo a miles de chihuahuenses, por ejemplo. Dedique un pensamiento a infinidad de regios, michoacanos, tamaulipecos, sinaloenses, etc. Dedique, si puede, un suspiro a esos que están en medio de esta guerra idiota por la que alguien debe pagar. Porque alguien debe pagar. Y si no, la Navidad misma no tiene sentido.

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