Miércoles, 27 de Noviembre 2024
México | PALESTRA 20 POR JORGE O. NAVARRO

Otra reforma perdida

En la Cámara de Senadores la reforma política propuesta por el presidente (con minúscula) Calderón, se está convirtiendo en vulgar moneda de cambio

Por: EL INFORMADOR

El año 2010, con todo y ser nuevo –ha gastado apenas 12 de sus 365 días, y éste no es bisiesto–, ya nos anticipa en materia política un panorama no gris, sino más bien oscuro, pues en la Cámara de Senadores la reforma política propuesta por el presidente (con minúscula) Calderón, se está convirtiendo en vulgar moneda de cambio que un priista, Manlio Fabio Beltrones Rivera, devalúa en lo posible para incrementar las ganancias políticas que le representan sus aspiraciones con miras al año 2012. Decir en este momento que el senador Beltrones aspira a ser presidente (también en minúscula) del país, es incurrir en una obviedad pero no imperdonable, porque justo esa ambición –lícita– frena aspiraciones ciudadanas que podrían conducir al país a escenarios de bonanza que este tipo de personajes no podrían resistir. Sencillamente desaparecerían

Cierto. Muy cierto es que Felipe Calderón, el político, envió su propuesta de reforma política cuando el momento era punto menos que conveniente. Cierto también es que detrás de su intento legislativo hay marcado interés de beneficiarse a sí mismo y a su grupo político, no digamos su partido, pues pretende cambios legales que fortalecerían al Poder Ejecutivo, ése que él encabeza y que pese a todas las resistencias, dejó de ser el Presidencialismo omnipotente que tanto dañó a este México que no acaba de dar el salto al estadio de mejoría que naturalmente puede alcanzar.

Pero a pesar de eso, la propuesta contiene figuras legales que nos permitirían alcanzar posiciones de madurez social que hace apenas 10 años eran impensables: reelección de legisladores y alcaldes, candidaturas ciudadanas, reducción de diputados federales, segunda vuelta electoral, iniciativa de ley ciudadana...

Además, al presentar Calderón su propuesta de reforma política, que no es otra cosa que abrir la puerta para terminar con la partidocracia que todo lo ahoga y dar más poder político a los ciudadanos organizados fuera de las siglas PAN, PRI, PRD y anexas, quedó también expuesta la opción de discutir sobre figuras como la revocación de mandato, misma que prometieron en campaña los candidatos que ahora son diputados federales, por obra y gracia del voto de jaliscienses que acudieron a las urnas el 5 de julio del año pasado.

Insisto en mencionar que el año es muy joven. Pero en los escasos 12 días que han transcurrido, ¿qué han dicho o hecho nuestros senadores sobre la reforma política o cualquier tema que afecte de verdad, trascendentalmente, el futuro inmediato y de largo plazo de quienes vivimos en Jalisco?

Ramiro Hernández (el priista), Héctor Pérez Plazola y Alberto Cárdenas Jiménez (los dos panistas), tienen interés en la reforma que planteó Calderón, ¿o dejarán que los largos tentáculos de Manlio Fabio Beltrones eliminen lo que de positivo hay en los cambios propuestos?

Si estos tres senadores, con sus tres votos y sus tres voluntades, no representan dignamente a los más de siete millones de habitantes de este Estado, mejor debieran dejar sus escaños para no cargar con la ignominia de otra reforma perdida.

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones