Ortega lamenta que el IFE cediera a presiones del clero

CIUDAD DE MÉXICO (10/OCT/2010).- El líder nacional perredista, Jesús Ortega, lamentó que el Instituto Federal Electoral (IFE) haya cedido a las presiones de los jerarcas de la Iglesia Católica al remitir a la Secretaría de Gobernación (Segob) su queja.

Ortega Martínez precisó que la querella del Partido de la Revolución Democrática (PRD) fue interpuesta por las descalificaciones que hicieron algunos jerarcas católicos contra ese instituto político y el jefe del Gobierno del Distrito Federal (GDF), Marcelo Ebrard.

“Es lamentable que el IFE dé muestras de regresión, eludiendo sus responsabilidades y delegándolas a la Secretaría de Gobernación”.

En un comunicado, criticó la determinación del Instituto de que sea Gobernación la que resuelva la queja contra el cardenal Juan Sandoval Íñiguez y el vocero de la Arquidiócesis de México, Hugo Valdemar Romero, por llamar a no votar por el PRD.

Lamentó que sea esa instancia la que determine lo conducente por las descalificaciones a Ebrard Casaubón, por la aprobación de los matrimonios entre personas del mismo sexo.

El dirigente nacional del PRD añadió que el IFE está permitiendo que se viole el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe) y se atente contra el sistema democrático del país.

Esa determinación es un paso al retroceso, ya que hace más de 20 años la izquierda luchó para la creación del IFE como un órgano autónomo y así quitarle la decisión sobre asuntos electorales a la Secretaría de Gobernación, dependiente del Gobierno federal.

“El pueblo de México es quien les paga para que ejerzan su tarea, en lugar de delegarlas”.

Sólo uno de los consejeros votó a favor de que fuera el IFE quien resolviera las quejas, sin embargo “prefirieron lavarse las manos y turnar el asunto a Gobernación, aún cuando ellos tienen las atribuciones para hacerlo”.

TELÓN DE FONDO
Las demandas

El recurso contra el cardenal de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez y el vocero de la Arquidiócesis de México, Hugo Valdemar lo interpuso el 18 de agosto Marcelo Ebrard, jefe de Gobierno del Distrito Federal, ante la acusación del prelado jalisciense de que el gobernante capitalino había “maiceado” (sobornado) a los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para que aprobaran las adopciones por matrimonios del mismo género, lo que marcó el primer enfrentamiento con las instituciones judiciales.