Viernes, 29 de Noviembre 2024
México | Funcionario finaliza gira por el Sur

Nueva ley avala política migratoria: Blake Mora

El secretario de Gobernación asegura que la administración federal realiza una “profunda” transformación en la materia

Por: SUN

Tránsito de ilegales rumbo a Estados Unidos. Un problema aún sin solución. EL UNIVERSAL  /

Tránsito de ilegales rumbo a Estados Unidos. Un problema aún sin solución. EL UNIVERSAL /

CIUDAD DE MÉXICO (23/MAY/2011).- El titular de la Secretaría de Gobernación (Segob), José Francisco Blake Mora, afirmó que la nueva política migratoria que impulsa el Gobierno federal se apoyará en la Ley de Migración para fortalecer la gobernabilidad democrática y la cultura de la legalidad en el país y como baluarte para la seguridad y la integridad nacional.

En un balance de su gira por la Frontera Sur, dijo que el fenómeno migratorio ha sufrido cambios considerables, por lo que el Gobierno federal “lleva a cabo una profunda transformación y fortalecimiento institucional del quehacer migratorio basada en el diseño y aplicación de una nueva política pública que tiene como principio la defensa del estado de derecho y su vigencia, velando por las garantías y derechos humanos universales de toda persona, independientemente de su nacionalidad".

Como lo hizo en Chiapas, el funcionario reiteró que ha comenzado una amplia estrategia para abordar la recomposición integral de nuestra política migratoria, con base en cuatro ejes:

Modernización y adecuación del marco normativo, reflejado en la Ley de Migración recientemente aprobada por el Congreso; revisión de responsabilidades y la colaboración interinstitucional, para la protección de los migrantes y sus derechos; mejora de la eficiencia de los trámites migratorios y sus procesos operativos y la transparencia, rendición de cuentas y combate decidido a la corrupción.

Afirmó que estas tareas se llevarán a cabo con firmeza y claridad, pero con sensibilidad ante el fenómeno, porque “los mexicanos avanzamos en el fortalecimiento de nuestras instituciones y en la consolidación de nuestra tradición migratoria abierta al mundo”.

Ficha técnica
Acciones recientes contra la migración ilegal


Integrantes del Ejército y del Instituto Nacional de Migración (INM), aseguraron a 77 guatemaltecos, 26 hondureños, 21 salvadoreños y siete chinos, en operativos carreteros en los estados de Chiapas, San Luis Potosí y Oaxaca.

El agente del Ministerio Público de la Federación ejercitó acción penal en contra de dos personas que fueron detenidas cuando transportaban a 502 inmigrantes en el estado de Chiapas.

Análisis
Estado insensible

México, como país de tránsito migratorio, ha estado bajo el escrutinio nacional e internacional en los últimos años. Tanto activistas como organizaciones civiles y religiosas han señalado, incesantemente, la situación de oprobio en la que se encuentran las personas migrantes que cruzan el territorio mexicano. Tanto en estaciones migratorias, localidades de Chiapas como en amplios estados del país como Tamaulipas, existen fosas desconocidas, cementerios ocultos, muertos olvidados y enterrados por la indiferencia de las autoridades, la corrupción de las instituciones y sus escandalosos vínculos con el crimen organizado que han mantenido a la justicia, por muchos años, en un profundo calabozo. Los secuestros, las violaciones sexuales, las agresiones físicas y los asaltos, por mencionar algunos, son producto de un sinnúmero de acciones y omisiones que ha permitido un Estado laxo.

Existen diversos informes que denuncian los abusos de autoridad, los nexos entre instituciones gubernamentales y delincuencia organizada, y la amplia discrecionalidad con la que actúan los aparatos encargados de la procuración de justicia, la seguridad pública y la gestión del flujo migratorio. Todos estos, órganos medulares de la Secretaría de Gobernación.

Hasta el momento existe la disposición incipiente, a nivel estatal y municipal, intermitente a nivel federal, para dar solución a estos problemas estructurales, pero nunca la firme convicción de realizar los cambios necesarios para que la justicia sea una realidad.

Nuestro propósito es que las autoridades presentes tomen conciencia de la realidad que se vive al cruzar nuestro país.

México es un país riquísimo, generador de grandes ganancias, pero que sólo se distribuye hacia arriba y para unos cuantos, constituyendo una gran maquinaria de empobrecimiento de las grandes mayorías. Muchos son los males que aquejan a nuestra nación; destacan como los más terribles la opacidad y la impunidad.

Los tres poderes del Estado mexicano carecen de la debida articulación con la sociedad civil. Éstos han sido incapaces de crear mecanismos democráticos de diálogo y consulta, insensibles para cambiar lo que necesita la sociedad. A ésta se le han ofrecido medias verdades, verdades a medias y también mentiras. Se ha maquillado la realidad, especialmente, tratándose del mundo de la migración, fortaleciendo así la impunidad. Al mismo tiempo, se han intensificado los gritos de hartazgo de nuestra gente. De cada 100 delitos cometidos en México, 98% quedan en la impunidad. Las instituciones civiles y a veces las eclesiásticas no han sentido a la gente, no han escuchado sus voces ni han empatizado con ella, han sido omisas en muchas formas. México se encuentra debilitado en la misma medida que la impunidad se ha fortalecido. Casi todos estamos sufriendo la imparable violencia nacional, pero los que se han llevado la peor parte son nuestros hermanos y hermanas migrantes, principalmente, procedentes de Centroamérica. Hemos tratado muy mal a nuestros hermanos del Sur. De cara a miles de familias enlutadas y con la incertidumbre de no saber nada sobre sus seres queridos, México es ya una vergüenza y un cementerio. En 11 años, México ha hecho pedazos la relación fraterna con otros países de la región, principalmente, con los de Centroamérica. Ni ante tantas fosas se acepta que esta tragedia humanitaria es provocada por delincuentes nacionales. México está perdiendo su oportunidad para ser el hermano mayor con liderazgo moral, a causa de estar asumiendo el lamentable papel de Policía en retaguardia para Estados Unidos. Estamos desaprovechando nuestro liderazgo para consolidar una región económica fuerte. En lugar de facilitar la comunicación en esta región, la obstaculizamos, impidiendo el paso a nuestros hermanos queridos más próximos. El Estado mexicano ha sido omiso e insensible ante los secuestros de personas migrantes, sobre todo en los estados de Veracruz y Tabasco. Asimismo, ha sido pobre e insuficiente la respuesta de la Iglesia en los lugares más golpeados por el secuestro.
 
Hoy, la palabra de Dios nos está diciendo: Somos los pastores que habríamos de servir a nuestro pueblo, ¿o tenemos que esperar a otros pastores para que lo sirvan? Antes que cualquier investidura, somos personas consagradas y convocadas para una misión. Si no lo hacemos, otros lo harán. Este sexenio está prácticamente concluyendo y es tarde para intentar hacer lo que no se hizo en cinco años. Sin embargo, la única petición que hacemos a las autoridades competentes es que se investiguen las desapariciones y secuestros los estados de Veracruz y Tabasco. No queremos más impunidad ni tibieza ante la suerte que están corriendo nuestras hermanas y hermanos transmigrantes. Los migrantes no merecen más impunidad.

* Párroco fundador del albergue “Hermanos en el camino”, en Oaxaca.

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