Viernes, 22 de Noviembre 2024
México | SECO Y DIRECTO POR CARLOS CORVERA GIBSONE

No me vengan con sus cosas

Lo que si me molesta es que un país como Estados Unidos venga a levantar una alarma sobre un destino como Guadalajara o Puerto Vallarta

Por: EL INFORMADOR

Carlos Corvera Gibsone.  /

Carlos Corvera Gibsone. /

Que un trío de imbéciles, incultos y corrientes conductores ingleses se hayan burlado de nuestro país, no es cosa para tomar en serio. Sabemos de sobra que no todos los ingleses son la Corona Británica.

La mayoría de ellos son incultos, mal si apenas conocen que países los rodean en su propia Europa.

Y su comida ni hablar, entre las más insípidas y poco variadas del mundo. Así es que punto final.

Lo que si me molesta es que un país como Estados Unidos venga a levantar una alarma sobre un destino como Guadalajara o Puerto Vallarta, cuando no es más que una verdad a medias. No quiero con esto menospreciar los actos de violencia que crecen.

Si estamos así, es debido en su mayor parte propiciado por el propio pueblo estadounidense.

La industria de la muerte. La fabricación de armas y de guerras, el manejo de la producción, distribución y consumo de drogas ilegales, la destrucción bélica de países para su posterior reconstrucción, todo eso ha pasado a ser el sector más dinámico de la economía mundial; es dicho de otra manera, una tabla de salvación. Estados Unidos y el capitalismo desarrollado necesitan guerras.

Que los otros se peleen, y ahí estamos nosotros los americanos para venderles armas. ¡Viva la guerra! El negocio de la muerte cada vez está entronizándose más como el ámbito que más crece, que más ganancias da.

En estos últimos 35 años el negocio de las drogas ilegales dentro del territorio estadounidense (otro negocio de la muerte) creció a un promedio del 67% anual, índice que ningún otro rubro comercial siquiera sueña con alcanzar.

El negocio de la muerte rinde mucho sin dudas (25 mil dólares por segundo). Y para eso, cada vez más se han ido entretejiendo poderosas telarañas de relaciones entre los fabricantes de armas y los fabricantes de guerras.

Que haya más guerras (más de 20 frentes de combate abiertos en la actualidad), que se compren (¡y usen!) armas por doquier, que se viva un clima de zozobra, de histeria colectiva por los nuevos fantasmas que nos atacan; ¡el sanguinario terrorismo islámico!, ¡el narcotráfico!, el crimen organizado desbocado. Climas prefabricados por supuesto, todo es funcional a esa gran industria que, hoy por hoy, es pieza fundamental de la economía estadounidense.

Ese fabuloso complejo militar-industrial-mediático-ideológico sabe lo que hace.

Dicho conglomerado fue la espina dorsal de la rehabilitación económica de los Estados Unidos luego de la depresión de los años 30. Hoy continúa siendo el mismísimo motor de la economía gringa.

Así que, no me vengan a decir que Guadalajara es un peligro para visitar. El verdadero peligro son ustedes.

Que nos venden las armas, consumen la droga y viven de toda esa industria, los que estamos pagando los platos rotos somos nosotros.

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