Niveles de violencia del narco, síntoma de desesperación: Medina-Mora

MÉXICO.- El titular de la PGR, Eduardo Medina-Mora Icaza, consideró que los niveles de violencia del crimen organizado son una evidencia de la desesperación en que han caído, porque no reflejan avance ni estrategia, sino daños a su estructura.

Luego de reconocer que la batalla contra el crimen organizado no está ganada, llamó a la unidad en todos los órdenes de gobierno y la sociedad, pues será difícil lograr el objetivo con esfuerzos aislados.

En entrevista radiofónica, advirtió que la única forma de recobrar la paz es recuperando las instituciones del país, porque las organizaciones criminales alcanzaron niveles de poder intolerables para el Estado y los ciudadanos.

A su parecer, el gran mérito del gobierno federal en el combate al crimen organizado es considerarlo asunto de seguridad nacional, por lo que se destinan todos los recursos al alcance del Estado para combatirlo.

Consideró que es inadmisible que esos grupos con el enorme poder económico y la capacidad para destruir instituciones, "también logren influencia política entre las autoridades locales, situación que se ha acumulado por dos décadas".

Anteriormente "veíamos pasar a los roedores por el jardín de la casa, y de pronto los vimos mucho más cerca con una capacidad y un poder de ruptura de la expresión del Estado mexicano en su dimensión más próxima", enfatizó el titular de la Procuraduría General de la República (PGR).

Destacó que ninguna autoridad federal puede garantizar impunidad a un narcotraficante en toda la cadena de poderes e instituciones, y por eso es que muchas policías municipales están totalmente colapsadas como instancias públicas.

El abogado de la nación reconoció que también hay penetración del crimen organizado en algunas policías estatales y en áreas muy específicas de las fuerzas federales.

A su parecer, actualmente se viven cambios en la forma en que se expresa la delincuencia organizada frente al Estado, por lo que también hay un cambio en la forma en que el Estado combate al crimen.

Por ello, dijo, se ha observado que desde los años 2005 y 2006 se incrementaron las formas de violencia que se radicalizaron al entrar a una lucha por los espacios del mercado y por las ganancias económicas y el poder para mantener sus estructuras criminales.


Recordó que en lo que va del sexenio hubo cuatro mil 152 ejecuciones, a las que describió como homicidios dolosos con violencia extrema y con ciertos indicadores que los caracterizan como producto del crimen organizado.

De ese total, unos 450 homicidios fueron contra servidores públicos de distintos niveles, como policías, efectivos de la Armada y del Ejército y agentes del Ministerio Público, entre otros, añadió.

Los niveles de violencia y las ejecuciones de los primeros cinco meses de 2008 son 47 por ciento mayores al mismo periodo de 2007, pues entre enero y mayo del año pasado hubo 940 casos y actualmente la cifra es de mil 378, alertó.

Los estados con más violencia del crimen organizado son Chihuahua, Baja California y Sinaloa, mientras que se han visto reducciones en Michoacán, Guerrero y el Distrito Federal, expuso.

Si bien las expresiones del crimen organizado y del narcotráfico no son nuevas en México, la novedad son los niveles de violencia con los que actúan con el afán de mantener su poderío en las zonas donde operan, precisó el funcionario federal.

Aclaró sin embargo que esa manifestación "no demuestra la fortaleza de los grupos, sino síntomas de la pérdida de capacidad de acceder a las drogas que vienen del sur del continente, de la pérdida de confianza y del crédito de los abastecedores de enervantes, sobre todo de Colombia y el cierre de las rutas de los estupefacientes".

Medina-Mora opinó que tal vez las organizaciones criminales eran mucho más poderosas "cuando podían hacer todo lo que querían y no pasaba nada en el país".

Por otra parte, refirió que en la actual administración federal se han asegurado 15 mil 700 armas, ocho mil de ellas largas, y ello denota que los delincuentes tienen una mayor capacidad de amenaza.

El titular de la PGR agregó que las organizaciones criminales tienen cierta tolerancia de la base social, lo que les brinda una gran capacidad de fuerza en la medida en que no son denunciadas.