México | Estrictamente personal Raymundo Riva Palacio Navidad en Belén Estrictamente personal Raymundo Riva Palacio Por: EL INFORMADOR 26 de diciembre de 2008 - 01:10 hs BELÉN.- La Navidad en Belén fue como siempre: en medio de la guerra. Aunque discreta, se metió en la Plaza Manger, en el centro de este pequeño pueblo, donde miles de cristianos celebraron el nacimiento de Jesucristo bajo la mirada vigilante de francotiradores palestinos. Dentro de la iglesia de Santa Catarina, donde transcurrió la celebración litúrgica, policías vestidos de civil nunca quitaron la vista a la selecta concurrencia global de unas mil personas, recordaban que los bellísimos coros de la misa no eran salvo efímero bálsamo de una herida permanente en el Medio Oriente. El mismo día de la Navidad, el grupo islámico Hamas, que gobierna y controla la franja de Gaza, el punto por donde más sangra esta zona, a escasos 60 minutos al sur de aquí, lanzó más de 80 ataques con cohetes sobre comunidades y kibutz israelitas, en una escalada táctica para romper el cerco de alimentos y ayuda de organismos internacionales a los palestinos en ese punto. La respuesta del gabinete israelita fue la esperada: habrá respuesta militar contra objetivos específicos de Hamas. Feliz Navidad a todos. La paradoja histórica es un capricho irónico al tener en Belén, el centro de la religiosidad y espiritualidad de millones de cristianos, el epicentro de un conflicto que divide, en términos religiosos y espirituales, al mundo. En la iglesia de Santa Catarina, a unos pasos de donde se encuentra la pequeña gruta donde nació Jesús —cuidada por los griegos ortodoxos, quienes dominan en Tierra Santa los lugares sagrados de los cristianos—, y de una más, donde estuvo el pesebre —vigilada desde hace 400 años por los franciscanos, muchos de los cuales son mexicanos—, la celebración no iba a faltar a su cita anual. Los franciscanos comenzaron a preparar a los fieles una hora y media antes de iniciar la misa especial de la medianoche, repasando los coros de Adeste Fidelis, Aleluya y Gloria. Mientras llegaban los invitados, peculiares, por cierto, para un acontecimiento cristiano, como los embajadores de los Emiratos y la figura política central de la noche, Mahomoud Abbas, el presidente de la Autoridad Palestina. Naturalmente, había tensión. Más de 500 policías de la Autoridad Palestina arribaron la noche del 24 a Belén para evitar cualquier incidente que les significara un problema adicional a los que ya tienen, tratando de controlar a Hamas, que está reaccionando al acoso israelita que tiene a los palestinos de Gaza en la situación de crisis humanitaria más aguda que enfrentan las Naciones Unidas en este momento, y de evitar que las tropas israelitas sigan apretando más contra la prudencia. Pero los soldados israelitas se volvieron a llevar la noche. Decidieron hacer la vida más pesada a quien quisiera llegar a Belén. Desde hace seis años, cuando los palestinos se enfrentaron aquí a las tropas israelitas y el mundo cristiano se electrificó ante la posibilidad de que este lugar sagrado fuera destruido, no habían venido tantos turistas como en esta ocasión. En los siguientes cuatro años a los enfrentamientos, la economía de Belén se colapsó y los comercios —en particular su especialidad, el tallado de madera— se fueron a la ruina. El Gobierno israelita, por su parte, aisló a Jerusalén, a donde trasladó su capital, del resto de los territorios árabes ocupados en la Guerra de los Seis Días en 1967, y levantó muros tan altos y fortificados, que hacen ver al que separa a México de Estados Unidos como una pequeña valla para niños. Belén, en este sentido, es un feo recordatorio del confinamiento árabe en Israel. Los retenes que colocó el Ejército israelita en la carretera que une Jerusalén con Belén, que se encuentra en sus suburbios, son absurdos. No se puede ir directamente, y hay que tomar un libramiento que tiene como principal propósito que todos pasen por un retén militar que parece frontera, y donde se suele hacer la vida más complicada. En la noche navideña se esmeraron en elevar el costo espiritual de ir a Belén. Añadieron más retenes, dentro de la propia Belén, donde detuvieron el tráfico hacia el centro de la ciudad. Era impensable que la sellaran e impidieran el paso en tan importante festividad, pero la actitud de la tropa, con sus uniformes de guerra y fusiles de asalto con el dedo en el gatillo, contribuyeron para que la emoción de la noche para los cristianos, fuera matizada por el temor. Esos avatares parecían superados durante la misa de medianoche, pero durante los 90 minutos que duró, la guardia personal de Abbas fue siempre un recordatorio de que la normalidad en Belén no existía. El sermón, dicho en árabe y francés, tenía una apelación para que Belén, símbolo de la paz, fuera detonante para alcanzar esa paz entre los pueblos. Las palabras no van a ir a ninguna parte. Los cristianos no son jugadores en este conflicto, ni pesan nada en Israel —sólo 2.1% de los habitantes profesa esa religión—. Es más, mientras gritaban los cristianos feliz Navidad, en Jerusalén definían los israelitas su plan de ataque contra los palestinos. La historia de la región no tenía tampoco la noche del 24, nada porqué cambiar. RAYMUNDO RIVA PALACIO / Periodista. Correo electrónico: r_rivapalacio@yahoo.com Temas Estrictamente personal Lee También Estos son los deportes más costosos del mundo, según la IA Acelera el crecimiento de tu cabello con estos productos Estos son los consejos que da Profeco para escoger bloqueador solar Los 10 mejores bloqueadores solares según la IA Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones