Miércoles, 27 de Noviembre 2024
México | APARADOR POR SERGIO RENÉ DE DIOS

Narro y la educación

Su voz ha sido de las pocas que sabe decir lo que se tiene que decir en estos difíciles momentos para México

Por: EL INFORMADOR

Reivindicar el derecho de todo mexicano a la educación, demandar una política de Estado en materia de educación, ciencia y tecnología, arte, cultura y humanidades; subrayar la importancia de que la educación pública sea laica, ajena a cualquier fundamentalismo; destacar el papel de la educación superior para impedir que México sea un país maquilador; defender los valores del humanismo en una sociedad globalizada; llamar a reforzar el compromiso de las universidades y del conocimiento que producen con los socialmente marginados, son algunos de los planteamientos que en distintos foros ha reiterado José Narro Robles, rector de la UNAM.

Su voz ha sido de las pocas que sabe decir lo que se tiene que decir en estos difíciles momentos para México: hay que apostarle como país a la educación superior. Es “inadmisible”, como señaló recientemente, que 73 de cada 100 jóvenes en edad de ser estudiantes en alguna universidad no tengan acceso a éstas. Actualmente, ser alumno de una universidad es un privilegio, cuando debiera ser un derecho. La democracia incluye garantizar el acceso a la educación a las diferentes capas de la población, en particular a las más pobres.

Mientras la clase política nacional tiene de nula credibilidad, el pensamiento crítico y fundamentado, surgido de figuras como la del rector Narro Robles, devuelve a las universidades públicas su papel como promotoras del pensamiento crítico.

“Para el ser humano el conocimiento siempre ha sido importante, pero ahora es fundamental. No hay campo de la vida en el que no influya el saber; por esto preocupa tanto el desinterés de algunos en la materia, como que en muchos sitios no sea una prioridad o que se le escamoteen los recursos para su generación y transmisión”, ha dicho Narro Robles.

“Sin ciencia propia, sin un sistema de educación superior vigoroso y de calidad, una sociedad se condena a la maquila o a la medianía en el desarrollo”.

Por ello, ha apuntado, “resulta indispensable reivindicar el derecho a la educación. Por ello, es necesario insistir y volverlo a hacer muchas veces. La educación es vía de superación humana, de la individual y de la colectiva. Concebirla como un derecho fundamental es uno de los mayores avances éticos de la historia”.

“A algunos les puede parecer que hablar de valores o de humanismo es asunto del pasado, del Renacimiento o del siglo XIX. Se equivocan. También lo es de ahora y del futuro. Frente al éxito quimérico, el egoísmo, la corrupción o la indiferencia, el mejor antídoto son los valores laicos de ayer y siempre”.

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