México | PUNTO CIEGO POR GABRIELA AGUILAR Mucho corazón Hoy que es el Día Mundial del Corazón, los esfuerzos se vuelcan en informar sobre prevenir y detectar oportunamente las enfermedades cardiovasculares Por: EL INFORMADOR 26 de septiembre de 2010 - 03:21 hs Gabriela Aguilar. / Recordar aquel hombre cansado de sus 72 años, sentado en la mesa con su caballito de tequila en la mano, mirando fijamente a todo y a la vez a nada, reflexivo y escuchando a todo volumen a Beny Moré: “Yo para querer no necesito una razón, me sobra mucho, pero mucho corazón…”. El momento era intenso. Ahora que pienso en aquel capítulo de mi abuelo que repetía cada que escuchaba esa canción de Ema Elena Valdemar, comprendo la nostalgia que lo invadía. ¿De quién se acordaba? ¿Por qué se ponía triste? La abuela estaba a escasos metros leyendo un libro, ¿entonces? Sólo su corazón que dejó de latir meses después de aquel otoño de 1984 supo lo que se llevó con él. Hoy que es el Día Mundial del Corazón, los esfuerzos se vuelcan en informar sobre prevenir y detectar oportunamente las enfermedades cardiovasculares, pero ¿y la otra enfermedad? La que ningún doctor puede curar, pero que se siente más que un infarto fulminante. Tratar el tema de manera científica suena imposible, pero justo para la ocasión me encontré varias definiciones que creo son de las más genéricas y precisas sobre el corazón. El investigador Alberto Orlandini, en su libro “El enamoramiento y el mal de amores”, describe que los poetas y filósofos han elegido al corazón como el símbolo de las emociones y el amor, “quizá porque los sentimientos se perciben como palpitaciones, dolores o sensaciones en el tórax”. Dice también que la fórmula de los personajes románticos consiste en lo que define como un predominio del corazón sobre la cabeza y el cuerpo, y además enlista las expresiones idiomáticas que se utilizan para expresar distintos sentimientos con este órgano principal del sistema circulatorio: la aflicción, por ejemplo, es “clavársele a uno en el corazón”, “atravesar el corazón” o “partir el corazón”; el entusiasmo es “no me cabe el corazón en el pecho”, la persona compasiva es “blanda de corazón”, el insensible y encallecido “no tiene corazón”, y la gente sincera “habla con el corazón en la mano”. Finaliza el tema mencionando que los enamorados representan el amor con un corazón atravesado por una de las flechas que dispara Cupido, dios romano del amor. Total, que al final de cuentas se buscan razones contundentes para que el corazón no duela, si es que son el alma o los sentimientos los responsables, pero de no ser así, el corazón sí duele y puede ser por angina de pecho o por alguna otra enfermedad que no hay que minimizar. Desde una arritmia, que no son como las provocadas frecuentemente entre los adolescentes cuando “les late el corazón rápido al ver a su alma gemela”, hasta las diversas valvulopatías, el tema del corazón siempre es y debe ser tomado seriamente. No importa la edad, ni el momento, es el que nos recuerda que estamos vivos, aun cuando estemos muertos de amor, como la canción a la que me he referido y en la que dice: “Si te conviene, no llames corazón a lo que tú tienes…”. Temas Tertulia Punto ciego Lee También Sociales: Conexiones de Altura, conferencia para jóvenes empresarios Sao Paulo Urbano: Educación financiera junto a FORJA ¿Cómo hacer ahorros voluntarios en Afore Móvil? En los escenarios “Los árboles mueren de pie” Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones