Monterrey reconstruye sin recursos federales

MONTERREY, NUEVO LEÓN (12/JUL/2010).- Unos tres mil metros lineales y 32 puntos de las avenidas adyacentes al Río Santa Catarina resultaron dañados por el huracán “Alex” que golpeó el 30 de junio y el primero de julio, informaron autoridades estatales, durante un recorrido de evaluación encabezado por el gobernador Rodrigo Medina de la Cruz, para luego anunciar que la reconstrucción comenzó con recursos propios, lo que provocará que se redireccione dinero destinado a otros programas.

Resaltó que “una de nuestras principales prioridades es avanzar muy rápido en la reconstrucción de las columnas vertebrales de nuestra vialidad, que son las avenidas Constitución y Morones Prieto”.

Al margen de trámites ante la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y el Fondo de Desastres Naturales (Fonden) “decidimos entrar rápido, meter la maquinaria al cauce del río para hacer labores de limpieza, crear rampas de acceso y que esto no se detenga”, afirmó Medina de la Cruz, porque “sin duda hay caos vehicular y desesperación de la gente, pero también la población debe saber que estamos haciendo nuestro máximo esfuerzo”.

Medina Cruz comentó que “seguramente los recursos del Fonden no van a ser suficientes para hacer todo. Entonces vamos a tener que juntar recursos, más recursos del Gobierno federal y del Gobierno del estado”.

Pero ante la urgencia de rehabilitar las vialidades en las orillas del Río Santa Catarina, “será necesario redireccionar muchos de los presupuestos, replantear los planes que se tienen para poder sacar esto adelante, porque al final de cuentas todo sale de una misma bolsa, que es de la gente”, agregó el mandatario.

El secretario de Obras Públicas estatal, Lombardo Guajardo Guajardo, indicó que tienen ya elaborados trabajos topográficos en cada uno de los 32 puntos afectados, para en el transcurso de la próxima semana se tenga la cuantificación del monto requerido para rehabilitar.

Dentro de estas labores indicó que proyectan edificar muros de contención reforzados, “definitivos y que no les pasará nada con el agua”, incluyendo drenajes pluviales.

Por su parte, el gerente del Organismo de Cuenca Río Bravo de la Conagua, Pedro Garza Treviño, indicó que mañana arribarán técnicos de esta instancia para proceder al restablecimiento, no sólo del Río Santa Catarina, sino también en los afluentes La Silla y Pesquería, del área metropolitana.  


Siguen en albergues

Unas dos mil personas permanecen en campamentos de Nuevo León tras los estragos del huracán “Alex”, por lo que la Secretaría de Salud estatal mantiene servicios de consulta médica general, entrega de medicamentos y vacunación.

El titular de esa dependencia estatal, Jesús Zacarías Villarreal Pérez, informó que a la par mantienen la supervisión para garantizar una adecuada preparación de alimentos y el consumo de agua potable o embotellada.

Durante un recorrido al albergue instalado en el “Templo de la Misericordia”, ubicado en el tercer sector de la Colonia Valle de San Bernabé, al poniente de Monterrey, señaló que durante esta contingencia han aplicado más de seis mil biológicos en albergues y domicilios de las zonas más dañadas.

Por lo pronto, aseguró, no se tiene reporte de brotes de alguna enfermedad, sin embargo, existe preocupación por el eventual incremento en el número de pacientes por enfermedades gastrointestinales y de dengue durante ésta y la siguiente semana.

Madero pide más recursos

El coordinador del Partido Acción Nacional en el Senado, Gustavo Madero Muñoz, señaló que deberá aprobarse un incremento presupuestal al Fondo Nacional del Desastres (Fonden) para apoyar a los estados de Nuevo León, Tamaulipas y Coahuila, devastados por el huracán “Alex”.

El legislador difirió del argumento de la Comisión Nacional del Agua sobre la incapacidad presupuestal para reparar los daños que el meteoro dejó en las entidades del Noreste del país.

CRÓNICA

Con el agua hasta las rodillas y la inseguridad en la coronilla

 “Ni la lluvia puede parar los tiros. Ojalá y subiese más el agua para que se lleve a todos ‘los malitos‘ que andan  por aquí” se ríe Rogelio, de tez morena y con un rostro marcado por las cicatrices de una juventud violenta. “En serio le digo, quisiera ver que la violencia disminuya por la llegada del huracán, pero realmente no creo que suceda, es una utopía”.

Al igual que otros vecinos de la colonia El Realito, al sur de Monterrey, don Rogelio Martínez convive con el cansancio que la violencia crónica ha instalado en la ciudad. Ni perder las casas ni lo caótico del momento parece desenfocar el panorama que muchos barrios populares están viviendo.

“Que es un desastre, no tenga dudas. Y pudiese contarle mil anécdotas tristes de la gente que pierde sus casas, pero lo que más nos preocupa es el día después ¿Qué pasará en una semana? Le aseguro que todo seguirá igual y los colonos seremos quienes debamos lidiar con los problemas de siempre”.

Cansado de la inseguridad, los comentarios se apoyan en 40 años de residencia en una de las zonas más delicadas y humildes de la ciudad. Pandillerismo, asaltos y narcomenudeo caracterizan la cotidianidad de las apenas 30 cuadras que delimitan la colonia. Donde la  coyuntura  empuja a los residentes sobre una queja continua que parecería olvidar el agua que les llega a las rodillas.

“Estamos acostumbrados a lucharla y seguiremos poniéndole el hombro a las dificultades que la vida nos plantea porque así son todos nuestros días ¿Qué puede cambiar la tormenta? Nada, solamente tocar ciertas susceptibilidades y que la clase media comprenda que a ellos también les puede pasar”.

Fuentes estatales confirmaron que decenas de colonias de clase media fueron anegadas y castigadas por primera vez en la historia de Nuevo León. Se ahogaron los servicios de luz y agua potable de 300 mil usuarios que históricamente se habían sentido intocables ante las inclemencias del tiempo, y las imágenes de automóviles contorsionados sobre árboles y familias pidiendo rescate desde los techos marcó la nueva realidad de la capital.

Junto a Rogelio se encuentra Samuel. Tiene 19 años y trabajaba de parrillero en un negocio de pollos que desapareció bajo el agua. “Es muy difícil comprender que te quedaste sin casa y sin trabajo” —enciende un cigarro y continúa— “lo que no se menciona en los medios es  que la violencia será una consecuencia directa de estos episodios. Porque habrá gente desesperada y por eso el Gobierno deberá tomar medidas mucho mas profundas que lo que demostró hasta el momento”.

El joven parece demasiado maduro para el contexto que lo rodea. Contagiado por el momento detalla la metodología que los ladrones suelen utilizar: “Una camioneta que manejan los jefes y los más chavos que entran a la casa a punta de cuchillo hurtando lo primero que encuentren”, explica sin timidez. De igual modo las demás actividades crecen exponencialmente en estas cuadras. “Específicamente la venta de coca y de piedra” en esquinas que son “liberadas” por la Policía de barrio.

Las palabras de Samuel se amontonan y su naturalidad sobre temas tan peligrosos rellenan el resto de las interrogantes. Donde  tiroteos, ejecuciones y secuestros se configuran en una realidad que se había hecho moneda corriente en Monterrey y que la nueva pesadilla meteorológica transformó en un episodio tan lejano como ajeno a los medios.

“Hace dos días estuvo el Presidente (Felipe) Calderón caminando por esta calle. Pasó por el puente inundado, observó las despojos de los tejabanes y se retiró entre aplausos superficiales y algunas quejas vecinales”, Rogelio piensa y toma valor.

“Es difícil ver a tu Presidente caminar en una zona que es tan impune para el crimen organizado. Donde a diario pasan cosas gravísimas y nadie nos viene a custodiar, y mucho menos a visitar. Allí es donde siento que en México estamos mal, porque el debate siempre se encandila por el amarillismo y se olvidan las cuestiones de fondo”.

Santiago Fourcade