México y Colombia refuerzan alianza contra narcotráfico

CARTAGENA DE INDIAS, COLOMBIA (20/AGO/2012).- Las cancilleres de México, Patricia Espinosa, y  Colombia, María Ángela Holguín,  acordaron hoy reforzar su lucha conjunta contra el narcotráfico y el crimen organizado y además perfilar estrategias para apoyar a los países centroamericanos en el combate a esos flagelos.

Las diplomáticas decidieron potenciar la cooperación en este importante punto de su agenda bilateral durante una reunión de trabajo en la ciudad colombiana de Cartagena de Indias, que sirvió para fijar metas para los últimos meses del Gobierno del presidente mexicano, Felipe Calderón.

Holguín deseó que tanto la agenda como la cercanía que ha habido con el Gobierno de Calderón se mantengan con Enrique Peña Nieto, quien asumirá la Presidencia mexicana el 1 de diciembre si el tribunal electoral de ese país valida su triunfo en unos comicios impugnados por la izquierda.

Durante la campaña electoral, Peña Nieto anunció que el ex director de la Policía colombiana Óscar Naranjo será su asesor en materia de seguridad.

De su lado, Espinosa destacó el objetivo de fortalecer en el próximo año mecanismos bilaterales como "el Grupo de Alto Nivel para Seguridad y Justicia y el Comité de Cooperación en Materia de Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas".

Por su parte, la canciller colombiana deseó que prosperen los tratados negociados con México de extradición, de cooperación judicial y de repatriación de presos que debate el Congreso de su país y que deseó estén preparados a finales de 2012.

"Además, en esta oportunidad hemos comentado la necesidad de que colaboremos más estrechamente para trabajar de la mano con los países de Centroamérica, en donde observamos un deterioro de la situación de seguridad que afecta a esos países hermanos y a la región en conjunto", añadió Espinosa.

Holguín calificó de "lamentable" la situación de Centroamérica; una región con un índice promedio de homicidios de 35,4 por cada 100.000 habitantes, según el Banco Mundial, y por donde, de acuerdo con EE.UU., transita el 90 % de las aproximadamente 700 toneladas métricas de cocaína que entran anualmente a ese país desde Colombia.

Las cancilleres evaluaron también el buen ritmo del Tratado de Libre Comercio (TLC) que firmaron hace un año y que deriva del acuerdo comercial tripartito de 1996 del que Venezuela salió diez años más tarde.

En el escenario regional y multilateral, las ministras se agradecieron mutuamente el respaldo mostrado en distintos foros, al tiempo que plantearon la posibilidad de abrir embajadas y oficinas comerciales conjuntas en el mundo, con el fin de salvar las dificultades financieras que esas tareas diplomáticas presentan.

La integración regional y económica bajo la Alianza del Pacífico (con Chile y Perú) fue otro de los asuntos tratados y en el que ambas expresaron su intención de que avance lo más rápido posible, por lo que Espinosa anunció una próxima reunión en Ciudad de México, aunque no precisó la fecha.

Este organismo de integración es importante para Holguín, quien reconoció que la apertura comercial y diplomática hacia la región Asia-Pacífico es uno de los pilares de la política exterior del Gobierno del presidente colombiano, Juan Manuel Santos.

Espinosa aprovechó para elogiar las capacidades diplomáticas de su colega colombiana y destacó que ha logrado que el país andino "se proyecte como protagonista activo e importante" en la región y en el mundo.

El nivel de acuerdo de las cancilleres de México y Colombia quedó plasmado incluso en uno de los asuntos más delicados del panorama internacional: el asilo otorgado por Ecuador al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, que permanece en la embajada ecuatoriana en Londres y a quien el Reino Unido se niega a entregar un salvoconducto para salir del país.

En ese sentido, Holguín y Espinosa pidieron a los Gobiernos de Ecuador y Reino Unido que retomen el diálogo de forma exclusivamente bilateral sobre este asunto, como venían haciendo antes del desencuentro, durante el cual el país suramericano afirma haber recibido una amenaza británica para irrumpir en su legación y arrestar a Assange.