México tiene prisa

Ahora que los principales líderes del mundo discuten en Cancún sobre las decisiones fundamentales que enfrenten el cambio climático en nuestro planeta, vale la pena recordar que se discuten circunstancias actuales y no futuras, puesto que sus cruentos efectos los estamos sintiendo por principio de cuentas con los extremosos cambios de clima y recientemente también con las inundaciones más severas que el país haya enfrentado jamás, no digamos las catástrofes en otras latitudes del mundo.

Antes solíamos preocuparnos porque las cosas que hiciéramos beneficiaran o evitaran perjudicar a nuestros hijos y nietos, hoy ese factor no es válido, puesto que hoy tenemos que hacerlo con medidas inmediatas y urgentes, porque si no, nosotros mismos estaríamos sufriendo las malas consecuencias de los excesos que hemos venido cometiendo contra nuestra Naturaleza.

No olvidemos que nuestra casa se encuentra precisamente en este planeta Tierra que no tan sólo habitamos hoy en día, sino que posteriormente lo harán nuestros hijos y nietos, conjuntamente con nuestro círculo de vida, por lo que de nosotros depende el entorno que deseemos dejar a nuestros descendientes, y evidentemente nuestro fundamental compromiso es legar en mejores condiciones, el lugar que nos fue confiado temporalmente en vida.

Por lo pronto, el Presidente Felipe Calderón, anfitrión de la cumbre climática, a nombre de todos los mexicanos ha logrado el consenso de al menos medio centenar de naciones que se muestran a favor de acuerdos y compromisos al respecto, sobre todo en la conformación del denominado Fondo Verde, que implicaría una inversión superior a los 28 mil millones de dólares para reducir las emisiones de carbono.

Lamentablemente dos terceras partes de los 170 países participantes en este encuentro mundial sobre el cambio climático mantienen resistencias que amenazan con retrasar las urgentes acciones que deben tomarse ya, puesto que después será demasiado tarde, y todos somos testigos del descongelamiento de glaciares, la alteración de los ecosistemas y la creciente decadencia en los estándares de salud de quienes habitamos este planeta… vaya, el impacto que recibimos con la influenza, todavía lo estamos padeciendo en nuestros bolsillos, si es que no afectó ya nuestro cuerpo.

El llamado de auxilio en esta segunda semana de trabajos de la XVI Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 16) ya lo ha hecho el propio Presidente Calderón, al advertir: “Todos somos pasajeros del mismo barco” y que las decisiones oportunas o tardías, sin duda alguna a todos nos afectará o beneficiará.

Es así como México tiene prisa por frenar el calentamiento global y el severo daño que provoca el efecto invernadero, porque muy probablemente sea esta generación la última que termine por colapsar la vida humana, y por consecuencia acabar con todo vestigio en el planeta azul que se nos confió y ahora tenemos en lamentables condiciones… hago votos porque ya se tomen las decisiones que nos regresen la esperanza en que lo mejor está por venir.