Sábado, 28 de Diciembre 2024
México | Por Raúl Alejandro Padilla Orozco

México tiene prisa

Más buenas noticias, pero…

Por: EL INFORMADOR

Ciertamente los mexicanos paulatinamente hemos avanzado hacia mejores condiciones de desarrollo, pero también lo es que a todos nos queda claro que podemos avanzar mucho más rápido y mejor, a la velocidad que demandan las oportunidades globales, pero sobre todo en la plena convicción de que nos falta mucho camino por recorrer y el tiempo apremia.

Y es que año con año, en nuestro país se suma al menos un millón de mexicanos a la capacidad productiva, en demanda de un empleo, muchos de ellos con una sólida formación técnica y científica para rendir competitivamente como mano de obra, desarrolladora de ciencia y tecnología, así como de creación artística y multiplicadora de riqueza.

Así que la reciente noticia de que avanzamos de la posición 51 a la 35 en la eficiente apertura de nuevos negocios, entre 183 naciones que mide puntualmente el Banco Mundial, también en la facilitación del pago de impuestos y menos tramitología para operaciones de comercio exterior, es un aliento en esa lucha por la tala regulatoria emprendida por el Presidente Felipe Calderón, y que sin duda alguna los factores de la producción agradecemos y reconocemos, pero… todavía falta aún más.

Los mexicanos podemos ser capaces de eso y mucho más, esto es, convertir a México en un paraíso para la apertura, crecimiento, desarrollo y consolidación de nuevas empresas, con el mínimo de trámites y el máximo de incentivos, sin duda alguna es posible, e indiscutiblemente significará el inmediato detonador de los empleos que anualmente exigen las nuevas generaciones.

La voluntad y disposición de los principales generadores y multiplicadores de riqueza en este país, que son los trabajadores y empresarios, están plenamente a la orden de comenzar una nueva era productiva en nuestra nación; únicamente queda en manos de las autoridades de los poderes Ejecutivo y Legislativo concretar las reformas estructurales que se exigen al respecto, para responder a las necesidades productivas y económicas de la población.

Insistir en intereses personales o político-partidistas, así como en hacer oídos sordos a la más sensible de las demandas de los ciudadanos, significará, además de posponer los estadios de desarrollo y crecimiento que merecemos los mexicanos, en buena medida la sepultura pública de algunos de esos actores que a la luz de todos, se advierte su desinterés por catapultar los alcances económicos que significan eficientar procesos empresariales y laborales.

La otrora esperanza que llegó a significar Obama para los Estados Unidos, acaba de recibir una dura lección ciudadana de que las decisiones y acciones gubernamentales exigen tiempos muchos más rápidos y eficientes que los de la grilla, así que no olvidemos que México tiene prisa por multiplicar nuestra competitividad, en la firme convicción de que sus generosos efectos nos brindarán la confianza en que lo mejor está por venir.

P.D. ¿Hasta cuándo los políticos —de cualquier partido— entenderán que su única prioridad es la ciudadanía, no sus ambiciones políticas y personales?

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