México tiene prisa

Mis abuelos eran sabios rancheros, de la región alteña de Jalisco, compartieron conmigo trascendentes sentencias y frases populares que jamás olvidaré y que sin duda demuestran sabiduría comprimida, y perfectamente aplicable a cualquier situación de la vida.

Me queda muy claro que hoy en el poder Ejecutivo, a nivel municipal y estatal (en esta ocasión excluyo al federal), existe la propensión o tentación de caer en el déficit presupuestal, y esto es algo tan elemental, como pensar a nivel familiar en gastar más de lo que uno es capaz de generar, y esto es tremendamente peligroso para la sustentabilidad económica.

A nivel legislativo también he escuchado constantemente a distintos representantes populares, de diversas regiones del país, exigir que vayamos al déficit público, ya que en estas épocas de crisis económicas, “lo que más vale la pena, es tener tranquilo al pueblo” ...pero a esos legisladores se les olvida que ese déficit no es más que una figura artificial de crear una ficticia burbuja de bonanza, que más tarde que temprano se pagará muy caro, y hoy vemos economías como la griega, que está poniendo en jaque y cuestionamiento a una de las zonas económicas de mayor poderío del mundo, que es la europea.

Pero no solamente Grecia vive ese desorden económico y financiero, están también naciones como Portugal, España e Irlanda, pero fuera del euro, por cierto, Inglaterra es el país con mayor déficit de Europa; a ese respecto, la gente disciplinada, trabajadora y ordenada de Alemania ya se cansó, como así lo evidenció en uno de los diarios más importantes de ese país, a ocho columnas sentenció que ya no querían ser los “tontos” trabajadores de la Unión Europea (claro está, con otra palabra más expresiva).

Ello lo comento porque actualmente a nivel federal hemos sabido entender que el equilibrio presupuestal entre los ingresos y los egresos públicos es estratégico, fundamental, indispensable y además responsable con respecto a las exigencias de nuestra población; se nos olvida que podemos caer en el uso y abuso del déficit presupuestal, e incluso en la falta de adecuación de reformas donde los beneficios sociales no son financiados adecuadamente a través de una mayor generación de riqueza.

Finalmente concluyo: en México es impostergable la desregulación administrativa por parte del Ejecutivo, indiscutiblemente en sus niveles municipales, estatales y federal, así  como la generación legislativa de un entorno productivo y competitivo para las empresas y trabajadores, para que no caigamos en los problemas que actualmente tienen algunos países en el mundo, que presuman ser de mejor cultura emprendedora que nuestro querido México.

Recordemos que México de verdad tiene prisa de que vivamos en paz y bienestar, por lo que hago votos porque no nos coja la aurora dormidos, y estemos siempre alertas y ocupados en generar riqueza, a través del trabajo y el ahorro, en la firme convicción de que lo mejor está por venir.